Esta frase, leída en la promoción de una empresa consultora, me parece muy apropiada para analizar el mercado ecuatoriano.
En nuestro mercado encontramos, con mucha frecuencia, que los compradores se enfocan de manera insistente en conseguir rebajas, incluyendo el Sistema Nacional de Compra Públicas. Escuché con mucho pesar la alabanza que hizo la hoy ex directora de este organismo, de “El ahorro que se consiguió de 1. 200 millones dólares” gracias a la gestión de esa institución.
No se escuchó decir, por ejemplo, que con esas compras se había logrado dotar a las instituciones de equipos de calidad inmejorable, de marcas de reconocido prestigio, de equipos e instrumentos fabricados con materiales de la mejor calidad, y, que los mismos se encuentran funcionando de manera apropiada y produciendo resultados de muy alta calidad.
¿De qué sirve un organismo que regula las compras públicas y que no haga seguimiento de lo adquirido?
Una compra hecha, basada exclusivamente en el precio, sin evaluar la calidad de los equipos, de sus materiales de fabricación, de la tecnología incorporada en lo adquirido, y por supuesto de los resultados: la asistencia posterior, la calidad de los resultados, la durabilidad de los equipos, y un sinnúmero de etc que incluye una calidad adecuada.