El pueblo lucha para que la candidatura a la Alcaldía y concejales de Rumiñahui sean fieles representantes de un pueblo que cada día ve con zozobra y dolor que de su identidad histórica, social y cultural ya no queda nada; sus tradiciones y el alma del pueblo están de muerte; el rústico cemento, el exagerado comercio no exento de chulquería, el apego a la opulencia y al dinero son prioritarios ante el débil sacrificio por cultivar lo espiritual.
Nos confundimos cuando pensamos que evolución es “desarrollo económico a cualquier precio”, solo la conciencia y el esfuerzo humano harán que el ser humano llegue a un cierto grado de perfección; de tal forma que estas elecciones son una prueba de fuego para ver si Rumiñahui camina con certeza en su perspectiva de territorio digno o sucumbimos al capitalismo salvaje.