A partir de enero de 2007, en función de los acuerdos comerciales suscritos por Ecuador, la política de comercio, ha sido pobre.
Apenas hemos suscrito un Acuerdo pequeño con Guatemala, no hemos suscrito un Acuerdo Comercial con EE.UU., nuestro principal cliente, tampoco hemos suscrito un Acuerdo Comercial con la Unión Europea y a pesar del avance de la negociación bilateral que los ecuatorianos nos hemos informado a través de los medios, subsiste el riesgo de truncarse o de que no empiece a regir a partir del 1 de enero del 2017 que es lo que se necesita. La salida del Reino Unido, de dicho bloque, seguramente, demandará mayor preocupación y de allí el temor de que el Acuerdo Comercial con Ecuador pase a un segundo plano. Si ello ocurriera, las exportaciones de productos ecuatorianos se verán afectadas por el pago de aranceles en destino, por tanto, se harán menos competitivas con las exportaciones de productos similares que realicen Colombia y Perú, en consecuencia, no existe un “plan B”, lo único que queda es suscribirlo y que entre en vigencia en forma inmediata. Si ocurre el Acuerdo Comercial sería entre Ecuador y un bloque de 27 países y no de 28, tendríamos que suscribir por separado un Acuerdo con el Reino Unido, que en las condiciones políticas actuales se ve difícil . Finalmente, recordemos que según cifras oficiales, las exportaciones a la UE han crecido porcentualmente año tras año. En el 2007 representaron el 12.7% del total exportado y en el 2015 este porcentaje subió al 15%. En cuanto a las exportaciones al Reino Unido apenas representaron en el 2015, el 6% de las que se enviaron al bloque regional en su conjunto.