Profundamente conmovidos, porque a diario se leen noticias sobre el abuso sexual a los niños, faltas a la moral, que no cometen vulgares delincuentes, sino que son los profesores, quienes deben ser un paradigma de virtudes, un modelo de valores, con una conciencia limpia y una mirada franca, honesta, sensible ante la presencia de los pequeños que tomados de la mano de sus confiados padres han tocado las puertas de las aulas escolares.
¿Qué siniestros cambios ha sufrido la mentalidad de aquellos maestros en los últimos tiempos? Si se revisan las páginas de la Historia de la Educación la formación de quienes se preparaban para formar parte de las filas del Magisterio, era integral. Desde el momento de ingresar a las aulas de los Colegios Normales fundados por el General Eloy Alfaro, la juventud era privilegiada por una preparación académica en la que se conjugaban altos niveles de calidad. Jamás se descuidó la formación en valores a través del tratamiento de Moral y Cívica que se completaba con clases magistrales de Ética, además de las orientaciones entregadas por los profesores guías que conjugaban la vocación en todos los tiempos, para formar a niños y jóvenes en el marco del respeto a su integridad personal, sin amenazas ni traumas psicológicos.
Es hora ya de revisar los programas de estudios para fortalecer los conocimientos de quienes se preparan en la carrera docente. No cualquiera puede ser maestro, solamente alcanzarán esta noble profesión, quienes sueñan con servir a la patria con verdadera vocación, sembrando ciencia y virtudes en la mente y el corazón de miles de niños y jóvenes.