Solo para empresas y emprendedores

Es una columna que analiza la situación y los desafíos de las empresas, las pymes y los emprendimientos en el contexto económico ecuatoriano e internacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/xBasantes Twitter: @XAVIERBAS

Xavier Basantes

Lic. en Comunicación, U. Central. Posgrado en periodismo en U. Andina y diplomado en gestión empresarial del Tec de Monterrey. Periodista económico. Del 2009 - 2016, Editor de LÍDERES. Exeditor de El Comercio TV; ahora Macroeditor de Proyectos Multimedia.

SAS que activan nuevos emprendimientos

Uno de los beneficios que trajo la aprobación de la Ley de Emprendimiento e Innovación fue la creación de las Sociedades por Acciones Simplificada SAS. El objetivo de esta modalidad societaria es facilitar la creación de empresas y actualmente se constituye en una de las figuras con más demanda ante la Superintendencia de Compañías.

Las cifras corroboran esta nueva realidad. Han transcurrido seis meses desde que la Superintendencia habilitó el proceso de constitución de SAS y se han creado 3 275 compañías de este tipo en el Ecuador, con más énfasis en Pichincha, Guayas y Azuay.

De esa cantidad, los sectores económicos con mayor repunte han sido el comercio al por mayor y menor (898); actividades profesionales, científicas y técnicas (700); información y comunicación (274); manufactura (216); construcción (214); servicios administrativos y de apoyo (167); agricultura, silvicultura, ganadería y pesca (153).

El resto de sociedades corresponden a enseñanza, actividades de atención de la salud humana y asistencia social, transporte y almacenamiento, alojamiento y servicio de comida, actividades financieras y de seguros, inmobiliarias, entre otras.

Las ventajas de las SAS apuntan a que no requieren escritura pública, capital mínimo y pueden dedicarse a cualquier actividad mercantil y constituirse por una sola persona.

La importancia de esta figura radica en que tiene como meta impulsar la economía mediante la formalización de los emprendimientos, constituyéndolos en sujetos de crédito y con ello ampliar sus procesos productivos.

En medio de una situación económica compleja y ante un mercado laboral que se contrae, los emprendedores tienen en este mecanismo la oportunidad de impulsar sus iniciativas y contrarrestar la informalidad.

Conforme avance la maduración de este instrumento también será necesario verificar su correcta implementación. Si bien los emprendedores son los más beneficiados, otros ‘empresarios’ pueden dar mal uso a las SAS.