El decrecimiento de la economía sin duda es un factor clave que incidirá en el desempeño de la denominada temporada alta de ventas en el año. Noviembre, con el ‘Black Friday’, y diciembre, con las fiestas navideñas, se constituyen en los meses durante los cuales los negocios esperan mejorar sus ingresos.
Sin embargo, esta vez es distinto. Hay menos dólares en circulación, menos empleo, menor capacidad de consumo y, quienes lo pueden hacer, deciden ahorrar. Estas particularidades serán decisivas a la hora de tomar el pulso a la época de mayor consumo.
Algunos sectores ya reflejan que este año decae y sus proyecciones se desploman. Productores y comerciantes de pavos, pollos y cerdos advierten una caída en sus ventas, en comparación con el 2019.
Esta situación la conocen las empresas que buscan cómo generar ingresos y tratar de salvar en algo la crítica situación que ha provocado la pandemia a lo largo de todo el 2020. Los descuentos, las ofertas, la ampliación en los plazos de pago, los meses de gracia, los pagos mínimos, entre otros, son algunos de los mecanismos que se han puesto en marcha en esta época para tratar de obtener recursos y atraer al consumidor.
En medio de estas consideraciones de financiamiento también se suman otros aspectos a tener en cuenta, sobre todo si se espera la visita presencial de los clientes. Ahí están las disposiciones que se han emitido desde los comités de operaciones de emergencia locales, relacionadas con la prohibición de activaciones comerciales y la suspensión de eventos masivos en diciembre.
En ese sentido, las estrategias que pongan en marcha las empresas serán vitales para sacar el mayor provecho posible. Las expectativas y motivaciones de los consumidores han cambiado desde la irrupción del covid-19 y ahora las prioridades de gasto son diferentes. Por ahora, muchos negocios estarán afinando sus canales de ventas ‘on line’ y los servicios de entrega a domicilio. Al final, todo suma a la hora de hacer sonar la caja registradora.