Editor deportivo
Twitter:@titorosalecox
La LigaPro también cedió a la vorágine en la que viven los clubes. Su función ha ido deteriorándose en desmedro del proyecto de organizar un campeonato competitivo, sanear la economía del fútbol y, sobre todo, de impulsar una independencia que desbarate esos favoritismos que existían en el pasado.
Pasó a ser un facsímil de la Ecuafútbol, esa que hacía cálculos y operaba según las conveniencias de los equipos. Ahora, la LigaPro también hace créditos o adelanta dinero de los derechos de televisión de un año a otro, mueve horarios a su conveniencia, sus ejecutivos asumen posturas contra clubes y sobre todo merman la credibilidad con la que nació la organización.
Es necesario que se recobre ese rumbo para ordenar la estructura del fútbol del país, de lo contrario el escenario será el mismo: caótico, con presiones dirigenciales, cambios de sistema de campeonato, aumento de clubes en la Serie A, revisión del dinero de los derechos de televisión…
La unificación de los horarios de la última fecha era algo básico, pero no se hizo. Eso dejó en evidencia una inclinación que no debe repetirse.
La LigaPro está en la obligación de garantizar unos ‘playoffs’ transparentes. Por lo que deberá solicitar a la Comisión de Arbitraje de la Ecuafútbol que les designen árbitros adicionales en cada uno de los partidos. Y después de eso, transparentar las auditorías que hicieron a los clubes a inicios de año, para conocer sus realidades económicas y luego establecer cómo será el proceso para sanearlos.