Un fútbol femenino transparente
Editor deportivo
Twitter: @titorosalescox
La Superliga Femenina empezará esta semana como uno de los grandes desafíos de la nueva administración de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Los clubes hicieron alianzas, se reforzaron con futbolistas extranjeras y repatriaron a seleccionadas que jugaban en el exterior. Han hecho esfuerzos para cumplir las normativas de la Conmebol y la FIFA, en medio de las millonarias deudas que arrastran desde hace años.
La FEF está en la obligación de construir una Superliga ejemplar, porque ahora solo organiza los campeonatos juveniles y el de Reserva. Es el momento adecuado para empezar a construir, con valores y un proyecto ordenado y diáfano, que dé muestras de integridad y se aparte de esos procedimientos oscuros que imperaron con anteriores dirigentes.
Un primer paso es impulsar la investigación judicial de las denuncias por supuesto acoso sexual en las selecciones femeninas y reestructurar a los cuerpos técnicos de esas categorías.
La Ecuafútbol fue un sitio de anarquía en los últimos años. Una muestra de eso es que había directivos que cobraban viáticos, ocupaban hoteles en la ciudad sede (Guayaquil), viviendo ahí mismo, pasaban valores exagerados de taxis de una ciudad a otra… y así, un sinfín de hechos. Es necesario que se haga pública esa información y también qué harán para que eso no se repita.