‘Santrich’, o el juego de la paz y la impunidad
Solo 10 minutos de libertad tuvo Seucis Paucias Hernández Solarte, alias ‘Jesús Santrich’. Tremendo bandido, diría el ex presidente Álvaro Uribe.
Su salida de la cárcel La Picota, allí donde estuvieron detenidos asesinos y narcotraficantes de alto rango supuso una fiesta de sus partidarios, ex militantes de las FARC, hoy mimetizados en fuerza política con bancadas en el Congreso, pero duró poco.
A los diez minutos lo volvieron a detener. Esta vez la detención se efectúa con reforzamiento de custodia y en un hospital, para evitar que vuelva a intentar lastimarse. Tiene lesiones en los brazos y los médicos dicen que sufre un cuadro de delirios.
Lo que no dice ni puede decir este parte facultativo es las heridas que causó la violencia guerrillera y terrorista durante años.
Alias ‘Santrich’ fue liberado por disposición de la Justicia Especial para la Paz. Es un entre creado con los acuerdos de paz y destinado a evitar que quienes se acogieron a la dejación de armas y se hayan insertado a la vida civil sean perseguidos por la justicia.
Pero el caso ‘Santrich’ es especial por cuanto los delitos que hoy se le imputan habrían sido cometidos luego de los acuerdos de paz. Un acuerdo de paz y pacto con la es guerrilla no puede aceptar la impunidad de delitos cometidos luego de la firma de los acuerdos. Ningún maleante tiene corona.
La liberación de ‘Santrich’ provocó la renuncia del Fiscal General, Néstor Humberto Martínez. El proceso de extradición solicitado por EE.UU., conlleva debates complejos en Colombia atinentes a la soberanía y a una historia pasada llena de vericuetos insospechados.
Ahora, en una clínica privada, ‘Santrich’ debe aguardar nuevos cargos y la presentación de pruebas de sus actividades delictivas tras la firma de los acuerdos de paz. Los medios colombianos informan que un sobrino del comandante alias ‘Iván Márquez’ lo delató su cooperación eficaz con la justicia.
El caso ‘Santrich’ es un buen ejemplo de los riesgos de las estratagemas empleadas en pro de la impunidad.