Sánchez en Cataluña y su apuesta fallida
Con tensiones en las calles, 51 heridos y 12 detenidos por las manifestaciones violentas de los separatistas terminó lo que intentó ser un guiño del Presidente del Gobierno Español al gobierno de la Generalitat de Cataluña.
Sobre los derechos reclamados por una parte de la comunidad de Cataluña está la Constitución. Una carta que juraron respetar y que es obstáculo para el secesionismo.
La estrategia política del gobernante del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, fue igual de fallida que la de su antecesor del Partido Popular, Mariano Rajoy.
La apuesta fue instalar a su gabinete pero las sesiones se efectuaron blindadas ante las protestas de violentos y encapuchados y lograron la imagen siempre negativa de una reunión sitiada, lo que revela una crisis de seguridad y fragilidad evidente.
Sánchez ofreció dinero para carreteras en la comunidad (una oferta muy recurrida), cambiar de nombre al Aeropuerto del Prats por el de Josep Tarradellas, un líder antifranquista, pero la cita con el Presidente de la Generalitat Qumi Torra fue interpretada como muestra de debilidad de quien debe gobernar España, ahora per urgido de otros apoyos ante su impotencia de armar mayoría para que le aprueben los presupuestos.
Débil ante el débil, mal asunto; débil ante quien desafió la ley y la unidad de España, un camino peligroso del cual ya le piden cuentas varios dirigentes del propio partido .
El telón de fondo es la ingobernabilidad. El fracaso del Gobierno del PSOE de Zapatero, la corrupción aflorada en el PP con Rajoy, se cargó la estabilidad política construida con mucho esfuerzo en los pactos de la Moncloa y dio a luz un momento de incertidumbre.
La respuesta de la extrema izquierda populista de Podemos no tuvo contrapeso en la nueva de centro derecha de Ciudadanos y ahora surgen visiones más conservadoras.
Será duro gobernar entre sonrisas cuando se somete a las veleidades de los separatistas por un puñado de votos en el Congreso de los diputados.