La ansiosa y larga espera mundial por la vacuna
Nuestro ‘reino’ por una vacuna. Una búsqueda ansiosa y delirante embarga a buena parte de los habitantes de las grandes ciudades.
Mientras los gobiernos no atinan a contener las nuevas oleadas del coronavirus. Mientras la imagen todavía catastrófica de las pinturas de otrora que recogían plagas, pestes y muerte se fueron convirtiendo en la perversa compañera real de millones.
Mientras las morgues se llenaban, los cementerios no daban abasto y la gente se desplomaba en las calles, lo mismo en Wuhan que luego en Guayaquil o Quito.
Mientras las bolsas se desplomaban y millones se quedaban en el desempleo, la comunidad científica se quemaba - se quema - las pestañas por acertar con una vacuna.
Mientras ‘doctores’ avispados, nigromantes y milagreros se desgañitaban voceando fórmulas químicas y plantas curativas, la gente sigue aferrada a la noticia.
Cada noche, como desde hace medio año, la gente mira los noticieros de la tele y persigue las redes sociales - aquellas bien informadas, con respaldo, o las fábricas de mentiras - ansiosa por descubrir la noticia.
Y no llega la noticia. Unos días nos sorprenden con el avance de tal o cual laboratorio. Otro día una gran multinacional aliada a universidades de prestigio nos dicen que la fórmula ya está, que van en tal o cual fase científica de pruebas, contrastes y, como es menester, la comprobación tarda. Tardará.
La espera de la vacuna es como una larga y angustiosa agonía. La ansiedad que pasa por volver al cine, al fútbol o al teatro, por arrancarse la mascarilla y respirar profundamente.
Y esa búsqueda de libertad, a veces, nubla la razón. Millones se lanzan a las calles a manifestar en Berlín o Buenos Aires con sentido de urgencia pero con bastante irresponsabilidad que, como el covid, también es contagiosa.
Llegan los rebrotes y la vacuna que busca la inmunidad - lo del rebaño fue un anhelo que sucumbió - pero hasta su prueba, ratificación y enorme proceso industrial de millones de dosis, el mundo cambió. Ya no es el mismo.