El monumento levantado en la Ciudad Mitad del Mundo en reconocimiento a los Caídos en la defensa del Alto Cenepa ha sido desalojado del lugar donde lo había colocado la gratitud nacional, sin conocerse donde estará arrumado.
La guerra del Cenepa fue una acción gloriosa que nos condujo a negociar con dignidad la paz, que permitió al Ecuador recuperar su derecho a navegar en el río Marañón-Amazonas en forma libre, gratuita y perpetua, y que le dio límites claros, definitivos y seguros, aunque no fueron los anhelados, pero que son vitales frente a un vecino dotado de un poder nacional y militar muy superior al nuestro.
Los humildes soldados que, con el sacrificio de sus vidas, señalaron un noble ejemplo para la presente y futuras generaciones, merecen el homenaje de gratitud que en dicho monumento les rendían sus compatriotas, que diariamente vienen desde todo el país y los que retornan desde otras tierras, para quienes constituye un ritual sentimental visitar el centro del mundo, ubicado en la capital de la Patria. Este lugar se había convertido en un santuario cívico, donde la Escuela Militar Eloy Alfaro realizaba importantes ceremonias militares con la presencia del pueblo. ¿Qué otro lugar mejor para manifestar nuestra gratitud a los caídos por la Patria? Lamentablemente allí, según dice un letrero, se va a construir la sede de Unasur, para lo cual existen muchos otros sitios adecuados.
¿Qué sucedería si mañana alguien se atreviera a desalojar de la Cima de la Libertad las reliquias de la victoria del Pichincha o al cañonero Calderón del puesto de honor que ocupa en Guayaquil o al obelisco que recuerda a los vencedores de la Batalla de Tarqui? El triunfo del Alto Cenepa tiene una inmensa significación, quizá no valorada aún debidamente, ya que nos demostró que somos capaces defender a nuestro país y su honor, y contribuyó admirablemente a restaurar la confianza y la autoestima nacionales, tan venidas a menos desde la invasión de 1941.
¿A quiénes compete enmendar el error? Al Gobierno Nacional y particularmente a la Prefectura de Pichincha. ¿A quiénes corresponde reclamar la rectificación inmediata? Al Alto Mando Militar, en el marco de las leyes y los reglamentos, a los militares en servicio pasivo y a todo el pueblo ecuatoriano.
Es la ocasión para levantar en la Ciudad Mitad del Mundo un gran pedestal donde se yerga el hermoso y significativo monumento, increíblemente desalojado, el que debe tener a sus costados sendos monumentos de la Fuerza Naval y la Fuerza Aérea, con el fondo del territorio nacional, cuya integridad ha de inspirar siempre a los soldados, marineros y aviadores en cumplimiento de su sagrado deber. Debe reservarse espacio para construir un museo semejante al de la Cima de la Libertad.
Aunque felizmente se llegó a consagrar la paz con un pueblo hermano, jamás hemos de olvidar a quienes, con su sacrificio, la hicieron posible.