Imagen referencial. Alejandro B., de 27 años, fue asaltado mientras se trasladaba en un taxi. No es el primer joven víctima de inseguridad en un vehículo amarillo este diciembre en Quito. Foto: Archivo EL COMERCIO
La muerte del estudiante de Medicina, Luis Fernando Viteri Ponce, ha causado conmoción en las redes sociales y en la Facultad en donde la víctima cursaba el séptimo semestre en la Universidad Central. Ante eso, los estudiantes de ese centro convocaron a una marcha de solidaridad denominada #JusticiaParaLuis, la cual se realizará el miércoles 12 de diciembre del 2018 en Quito.
El joven de 25 años murió la madrugada del viernes 7 de diciembre del 2018. Lo último que se supo de él fue que la noche anterior asistió a una reunión con sus amigos. A la medianoche, la víctima y uno de sus compañeros tomaron un taxi para dirigirse a su casa ubicada en el sector de Carcelén, en el norte de la capital, pero no llegaron. El acompañante del fallecido estaba hospitalizado y contó que el conductor les pidió que se bajaran del auto. De ahí no recuerda nada más. Al parecer, los drogaron.
Según datos del Ministerio del Interior, el número de robos a personas se incrementó en un 2,6% en la capital. De enero a octubre del 2018 se registraron 5 399, mientras en el mismo periodo del 2017 fueron 5 262 casos.
Alejandro B., de 27 años, es otro joven que también fue víctima de la inseguridad durante las últimas fiestas de Quito. Cuenta que fue asaltado de forma violenta pasadas la 01:30 del viernes 7 de diciembre tras tomar un taxi en la intersección de las avenidas Colón y 10 de Agosto. Ocurrió casi al mismo tiempo en que desconocidos atacaron a Luis Fernando Viteri Ponce.
Este 10 de diciembre del 2018 narró su testimonio:
“Estábamos celebrando las fiestas de Quito y la parranda se había terminado. No consumí licor, estaba con mis cinco sentidos. Era la 01:30 y le fui a buscar a mi novia, pero no la encontré. Decidí regresarme a casa. Iba a tomar el Trolebús y el guardia me dijo que, a esa hora, las unidades pasaban cada 60 minutos. Entonces, para evitar la espera, opté por movilizarme en taxi.
Paré a un vehículo amarillo, al parecer era un carro legal. Le pedí al chofer que me lleve a San Carlos y que tome una vía en la que nos traslademos rápido; él subió por la avenida Las Casas. Al llegar a la altura del sector de La Comuna, abrió lo seguros del carro, paró y se subieron tres desconocidos, quienes comenzaron a robarme las pertenencias.
Uno de ellos estaba en una moto y se llevó mi billetera. Los otros comenzaron a golpearme diciendo que les entregue las claves de mis tarjetas, se llevaron mi celular. Me pusieron gas en los ojos. Me dijeron que no me iba a pasar nada si colaboraba con ellos y si cumplía con lo que me solicitaban.
Me amenazaron de muerte, que me iban a sacar el ojo. Yo tengo dos tarjetas de débito y la una la dejé en la casa. Lamentablemente me puse nervioso y cuando me solicitaban las claves les daba el password incorrecto y uno de ellos me golpeaba. Le dije que me deje tranquilo, que yo solo quiero salvar mi vida y él me respondió: yo soy delincuente y si tú no haces caso te mueres.
Me botaron en el sector de la Mena del Hierro, en la vía a Nono, en el noroccidente de Quito. Unas personas que estaban ahí me ayudaron a contactarme con mis familiares, quienes acudieron a rescatarme.
Lo más grave fue lo que me pegaron. Estoy con un derrame en el ojo, esa es la única complicación que tengo. Mi error fue tomar ese taxi amarillo, confié en ese vehículo. De una tarjeta me sacaron USD 100. También se llevaron mi reloj”.