Existen síndromes mentales que parecen sacados de una caricatura, pero afectan a un porcentaje de la población. Foto: Pixabay.
¿Te imaginas si tu mano cobrara vida propia? ¿O si de un día al otro te despertaras hablando con el acento de un idioma que ni siquiera conoces? No. No es imposible. De hecho, se tratan de algunos de los trastornos menos comunes en los seres humanos. En esta nota te explicamos algunos de ellos. Por más fantástico que parezca, existen personas que se enfrentan a estos síndromes en su vida diaria.
No le sucedió solamente a Chómpiras en un episodio del Chespirito. Aunque no lo creas, existen personas que no pueden controlar movimientos de sus extremidades y sienten que no forman parte de su cuerpo. A este trastorno neurológico se lo conoce como síndrome de la mano extraña o del Dr. Strangelove. De acuerdo al neurólogo Roberto Córdova, se da por una lesión en las vías de asociación del cuerpo calloso. “Hay gente que se ahorca por eso”, comenta. En algunos casos, la mano puede tomar posiciones extrañas sin que la persona pueda controlarla.
Según Córdova, el síndrome de la mano extraña se puede tratar identificando e interviniendo en las zonas afectadas. Existen operaciones en las que se quitan los nervios de esa extremidad para que deje de moverse. Además, el paciente deberá tomar medicamentos antipsicóticos.
Igual de raro es el síndrome del acento extranjero. No. No es lo que sucede cuando un latinoamericano vive por muchos años en España o viceversa. Se trata de algo mucho más grave. Generalmente, este se produce por algún daño severo en el cerebro, como una lesión o un derrame o un infarto cerebral.
Uno de los casos más conocidos de este síndrome se dio en 1941. Una joven noruega recibió durante un ataque aéreo un impacto con una metralleta que le dejó una lesión en la cabeza. Cuando se recuperó del accidente, inició a hablar con un acento alemán marcado y esto causó que varios de sus compañeros noruegos la rechazaran.
La neuróloga Lissette Duque explica que se trata de una distorsión del lenguaje y que muchas veces es confundida con la afasia, la incapacidad de comunicarse correctamente a través del habla. Sin embargo, este síndrome es diferente porque la persona habla de manera fluida, pero con un acento diferente al habitual.
Duque comenta que ha tratado algunos casos en que pacientes con demencia o con infarto cerebral presentaban esta distorsión, ente otros síntomas, pero “lo extraño es que ocurra como un evento asilado”. Por esto se cree que no son zonas del cerebro grandes las que han sufrido daños, sino pequeñas conexiones.
Sentir que no tienes órganos vitales como el corazón y que partes internas de tu cuerpo están podridas. Llegar a negar tu propia existencia. Esto les pasa a las personas que sufren del síndrome de Cotard, también llamado delirio de negación o nihilista. La enfermedad fue descubierta por el neurólogo Jules Cotard en 1880.
Según Duque, se trata de una patología psiquiátrica relacionada a depresiones severas, que llevan a delirios y alucinaciones. Es tan rara que, hasta la actualidad, no es reconocida por la Organización Mundial de la Salud. “Las personas incluso llegan a sentir el supuesto olor de putrefacción de sus cuerpos”, comenta.
El tratamiento del síndrome de Cotard es mucho más complejo que el de la depresión, de a cuerdo Duque. En algunos casos se trata con medicamentos antipsicóticos, comunes en los pacientes esquizofrénicos o con terapia electroconvulsiva, en la que la persona recibe descargas eléctricas con el fin de regular su sistema nervioso.
Probablemente recuerdes la parte la historia de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ en la que la protagonista crece tanto que ya no cabe en la habitación y todos lo objetos de repente se vuelven pequeños. Bueno, pues hay un síndrome que lleva el nombre de la obra de Lewis Carroll y que se conoce también como micropsia. Las personas que padecen de este trastorno perciben las cosas de un tamaño anormal. No es raro, por ejemplo, que crean que un zapato es más grande que un edificio, según Duque. “Puede ocurrir tanto con cosas externas como internas. Hay pacientes que creen tener una mano gigante” comenta.
Una lesión en la parte occipital del cerebro, que es la encargada de procesar los colores y los tamaños, puede causar que el paciente vea objetos alterados. Pero la micropsia se diferencia de otros tipos de trastornos neurológicos porque en este caso la persona cree que esas alteraciones corresponden a la realidad. Es decir, alguien que padezca de micropsia pensará que un anillo en realidad es más grande que una llanta. Este trastorno también es tratado con medicamentos antipsicóticos.
¿Es tu hermano verdaderamente tu hermano? ¿O se trata de algún impostor que quiere hacerse pasar por él? Las personas con síndrome de Capgras, también llamado la Ilusión de Sosias, creen que los individuos muy cercanos a ellos, generalmente miembros de su familia, han sido sustituidos por un doble.
Se trata de síndrome alucinatorio en que las caras de estas personas “extrañas” hacen que el paciente desarrolle paranoia y piense que son impostores. De acuerdo al neurólogo Roberto Córdova, está relacionado con la prosopagnosia, una condición en que los pacientes ya no son capaces de reconocer caras, generalmente causada por lesiones en el cerebro. “Puedes mostrarle un lápiz y sabe lo que es, pero le muestras la foto de su esposo y no lo reconoce”, comenta Córdova.