Redacción Quito
En la calle Cañaris, en La Magdalena, hubo un olor intenso a incienso y flores. Alrededor de 2 000 personas asistieron a la ancestral celebración de la Yumbada, en honor al Niño Jesús. Ayer, el inicio de la concentración fue a las 10:30.
A esa hora, miles de fieles recorrieron la av. Mariscal Sucre y la calle Caras Huancavilca, en el sector de los Dos Puentes, en el sur. Luego, en procesión, llegaron hasta La Magdalena. Allí hubo grupos danzantes de origen prehispánico que representaron el origen en los antiguos asentamientos del Pueblo Quitu y Cara en el sur y centro de la capital.
Los bailarines ataviados con atuendos étnicos bailaron en representación de las comunidades de Ungüí, Tarma, La Cruz, Panecillo, La Libertad, La Magdalena, Chilibulo, Marcopamba…
Mario Puma, un quiteño que ha participado durante 32 años en estos festejos, contó que antes había rituales donde se entregaban ofrendas de consagración. “Hace años, en las primeras ceremonias, usábamos la chonta. Presentábamos elementos sagrados. Se hacían las tradicionales limpias de sanación al público”.
Con esa misma emoción de antaño y animado por algunas copas de licor, ayer Puma aplaudió al principal prioste de este año, Giovanni Espinoza.
A las 12:23, luego de la eucaristía celebrada en la iglesia repleta de fieles, se dio la bienvenida a los priostes de la Navidad y de la danza de Yumbo-guañuchi.
La imagen del Niñito que salió del templo principal de La Magdalena cruzó la vía –literalmente- jugando entre flores. Pero los protagonistas de la soleada mañana no solo fueron la Sagrada Familia y los tres reyes magos.
En las comparsas hubo bailarines con máscaras negras, yumbos y caporales que matizaron con otro sabor a esta fecha del calendario litúrgico. En la vía hubo arcos de flores, ramas y altares en varias viviendas. Hoy, los festejos continúan desde las 14:00.