José Guerrero Bermúdez
En el programa ‘El Televidente’, dirigido por un señor de apellido Ricaurte, el domingo 27 de septiembre de 2009 se pretendió restar valor a un esfuerzo periodÃstico por establecer la verdad en el caso Restrepo.
El ominoso delito cometido contra dos adolescentes no pierde vigencia porque alguien ha recibido sentencia.
Siempre será atroz el comportamiento de quienes segaron la vida de inocentes, pero condenar a quien no fue el hechor constituye un nuevo delito que por ser de conocimiento público debe ser investigado; la sentencia está dictada y en tanto no se tramite un recurso de revisión, la sentencia estará en vigencia tanto más cuanto fue cumplida.
Resulta inaceptable que en labios de un hombre inteligente, como el caso del señor Ricaurte se pretenda quitar el valor al periodismo investigativo.
Viene a mi memoria el caso Dreyfus en Francia, en el que, un oficial fue condenado a prisión perpetua por traición a la Patria, delito que no habÃa cometido, y, fue necesaria la famosa carta del escritor Emilio Zola a la que tituló ‘Yo acuso’, para que la justicia reconsiderara el fallo dictado y se llegue a descubrir a los culpables.
A nadie se le podÃa ocurrir que Emilio Zola buscaba figuración o armaba un show; la esencia del derecho, del periodismo y de la vida misma es buscar la verdad, en el caso que nos ocupa no importa el tiempo, tienen que aparecer los verdaderos culpables del asesinato de los hermanos Restrepo.
No comparto los criterios del señor Ricaurte, sin embargo bien valdrÃa la pena recordar que Voltaire ya nos enseñó que aunque no compartamos un criterio darÃamos la vida para que quien no piensa como nosotros pueda manifestar su pensamiento.
La libertad de expresión está en riesgo en Ecuador, ningún periodista ni persona consciente puede oponerse a la libertad de expresión.