Voluntarios ecuatorianos ya prueban la vacuna china, que está en fase tres, ¿quiénes participan?

Eduardo Rosero, de 29 años, animó a su madre y hermano, de 52 y 21 años, para sumarse al ensayo clínico. Ya recibieron la primera de tres dosis. Foto: Patricio Terán/ El Comercio

Eduardo Rosero, de 29 años, animó a su madre y hermano, de 52 y 21 años, para sumarse al ensayo clínico. Ya recibieron la primera de tres dosis. Foto: Patricio Terán/ El Comercio

Eduardo Rosero, de 29 años, animó a su madre y hermano, de 52 y 21 años, para sumarse al ensayo clínico. Ya recibieron la primera de tres dosis. Foto: Patricio Terán/ El Comercio

Algo más de 400 voluntarios, 80% de Quito y el resto de Guayaquil, han recibido la primera de tres dosis contra el covid-19 de la firma china Anhui Zhifei Longcom.  Esa vacuna se prueba en Ecuador.

El cayambeño Eduardo Rosero es uno de ellos. Tiene 29 años y labora como programador digital. El martes 23 de marzo del 2021, con su madre Fanny Cárdenas y su hermano Jhojan, de 52 y 21 años, respectivamente, acudieron a un consultorio, ubicado en Biodimed, centro de investigaciones encargado del estudio clínico, fase tres, que medirá la eficacia de la fórmula.

Allí, la familia firmó un consentimiento legal y les entregaron sus seguros de salud.

Al siguiente día, antes de las 08:00, acudieron nuevamente al centro para seguir con el proceso. Estaban motivados -contaron- ya que la vacunación representa una esperanza para acabar con la pandemia y ellos quieren contribuir. No reciben un beneficio. Les dan USD 10 por cada visita.

El miércoles se registraron y luego subieron al segundo piso, para los chequeos de rutina. Y finalmente, en el primero les administraron las dosis. Fanny fue la última en inmunizarse. En el consultorio, monitoreado por cámaras, la recibieron Liliana Valente y Manuel Lara, técnica y auxiliar en enfermería.

Liliana sacó los frascos de los congeladores, calibrados a una temperatura de entre 3°C y 7°C (similar a la de la refrigeradora de una casa), y revisó sus documentos; Manuel se colocó los guantes; tomó uno de los frascos y lo agitó, de arriba hacia abajo. Todo ese proceso no duró más de 10 minutos.

Después, los vacunados debían quedarse en la sala de observación por un lapso de 30 minutos, para el monitoreo, por si aparece alguna reacción.

Hasta el miércoles no se han presentado síntomas en más de 400 voluntarios inmunizados: 80% de ellos en Quito y 20% en Guayaquil. Lo cuenta Nancy Flores, coordinadora general de este proyecto clínico de investigación, que arrancó desde el 19 de este mes, con la administración de las dosis, y se extenderá durante un año.

Los voluntarios seleccionados luego de descartar contagio de covid y exámenes que garantizan su buena salud, cumplirán con 11 visitas. Tres de ellas serán para la colocación de la vacuna (una por mes) y el resto para observación. Deben llenar unas hojas de registro de síntomas. Entre ellos -explica la galena- dolores en la zona de la aplicación, de cabeza, mialgia y fiebre.

Eduardo sintió una molestia en el brazo; al igual su madre y hermano. Pero -admite- están felices, pues de probarse la efectividad de esta vacuna china, quizá el país podrá beneficiarse. “La inmunización permitirá reactivar la economía”.

A Fanny, la pandemia sí le afectó gravemente. Ella es comerciante de alimentos en su natal Cayambe. Con el dinero de sus ventas lograba mantener a sus hijos, en especial, a Jhojan, de 21, quien aún cursa estudios universitarios.

“No me alcanzó para seguir costeando la carrera de mi hijo, por lo que se retiró de la universidad privada. Buscamos algo más económico”, detalla la mujer, mientras esperaba en una de las sillas del área de observación médica.

Allí, dos médicos vigilan constantemente los síntomas de los participantes. Les toman la temperatura.

El estudio clínico, que obtuvo ‘luz verde’ de la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) y de un comité de ética, se conoce como de ‘doble ciego’. Esto significa que, de los 5 000 voluntarios inscritos, unos recibirán la dosis real y otros, un placebo o sustancia sin propiedades curativas.

Por ello, Biodimed se comprometió a aplicar las fórmulas a quienes les inyectaron el placebo, al final del estudio. Lo anota Hugo Vergara, gerente general de Biodimed. “La vacuna ha sido bien tolerada. En el mundo (cuatro países más en donde se hace la prueba) se han inmunizado a 10 000 personas y no han presentado eventos adversos”.

Esas noticias generan alivio en la familia Rosero Cárdenas, que no siente temor de sufrir reacciones, tienen fe, dicen.

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