La infraestructura de la planta de tratamiento de agua potable de Latacunga fue cubierta ante una eventual caída de material volcánico. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Durante estos casi cinco meses del proceso eruptivo del volcán Cotopaxi, la capacitación a los habitantes y las obras han sido los pilares de la prevención frente a una posible erupción grande (ver gráfico).
Sin embargo, aún hay tareas pendientes en Cotopaxi, Pichincha y Napo, las tres provincias amenazadas.
Al momento, las capacitaciones y simulacros están suspendidos en Latacunga y en Salcedo. Según los técnicos de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), en febrero se presentará el nuevo cronograma de preparación a la población y a las autoridades.
Pablo Morillo, coordinador Zonal de la SGR, explicó que en la segunda fase finalizarán los planes de contingencia de las parroquias, se capacitará a los vigías del volcán y se presentará un mapa actualizado de las amenazas de lahares del coloso. “En agosto no teníamos nada y se logró preparar a la población en semanas e identificar las zonas seguras”.
Con este criterio coincide el comerciante Alfonso Villa. El vecino del barrio San Felipe, al occidente de Latacunga, comentó que el barrio ya tiene identificadas las vías de evacuación, albergues y qué llevar en caso de abandonar sus casas. “No sabemos qué pueda pasar con el Cotopaxi en los próximos meses o años. Creo que estamos preparados con mi familia para evacuar, pero las autoridades deberían continuar con las charlas a los vecinos que abandonaron sus viviendas”.
Mario Rocha, presidente de la Junta Parroquial de Mulaló, dijo que los agricultores, floricultores y ganaderos se concientizaron sobre la amenaza del coloso. “La población está preparada, pero en los albergues para las personas y los animales no hay agua. Las autoridades deben apoyarnos para construir tanques grandes y otras obras de mitigación”, solicitó Rocha.
En los municipios de Quito, Rumiñahui y Mejía (Pichincha), las acciones se concentraron en la capacitación a los habitantes, simulacros y obras, como la instalación de los equipos del Sistema de Alerta Temprana (SAT) y de mitigación (obras civiles). Sin embargo, falta mejorar la coordinación intercantonal en movilidad y evacuación de personas, deficiencia detectada en los simulacros. Esta tarea será reforzada este año.
Este año se trabajará en educación. Según las autoridades de los municipios están planificadas, desde este mes, nuevas jornadas de capacitación y simulacros. Según Juan Zapata, secretario de Seguridad de Quito, el balance de la primera etapa es positivo, pero reconoció que se debe trabajar más en prevención. “No se hará con la misma intensidad, lo que se buscará es reforzar los conocimientos”.
En Rumiñahui, la siguiente fase de educación se ejecutará en los sectores que no están en la zona de riesgo.
También se trabajará en el uso adecuado de las alarmas con más simulacros. En Mejía y Quito fueron accionadas, pero se reforzarán los ejercicios de evacuación.