AFP y Redacción Mundo
En los años ochenta, Fidel Castro hacía chistes en privado sobre el asilo de ancianos que eran las cúpulas gubernamentales de la Unión Soviética y de China.
Roberto Álvarez Quiñones, periodista cubano que trabajó 27 años en el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), escuchó los chistes en dos ocasiones de boca del comandante de la Revolución Cubana. El comunicador, que además fue analista económico de la TV cubana durante nueve años, radica en EE.UU. desde 1995.
En su artículo ‘La gerontocracia cubana, récord mundial’ , aparecido en este mes, Álvarez Quiñones remacha en un hecho que no solo inquieta al actual gobernante de la isla, Raúl Castro: la edad promedio de los 16 jerarcas principales de Cuba es de 74,6 años. Cuatro tienen más de 80 años y siete son septuagenarios. El artículo fue publicado días antes de la muerte a los 82 años de Juan Almeida, comandante de la Revolución y vicepresidente.
El deceso de Almeida plantea la urgencia de avanzar en el relevo de la generación que gobierna Cuba desde hace medio siglo y en el diseño de un nuevo modelo socialista. “Es un pistoletazo para la carrera generacional, de aprovechar el tiempo real que queda para garantizar la continuidad”, declaró a la agencia AFP un analista de La Habana que pidió la reserva de su identidad.
El historiador disidente Manuel Cuesta comparte esa tesis. Y comenta: “La muerte de Almeida es una señal de que debe acelerar el paso de bastón político a una nueva generación, con mucha más energía y capacidad, más adaptada a las realidades del mundo actual”.
Pero las caras del relevo resultan menos visibles después de que en marzo pasado figuras relativamente jóvenes y con experiencia política fueron destituidas, según Fidel Castro, por “indignos”, “ambición de poder” y dejar brechas a servicios de Inteligencia extranjeros. Son los casos del ex vicepresidente Carlos Lage (57 años) y el ex canciller Felipe Pérez Roque (44), quienes llegaron a ser incluidos en la lista de posibles dirigentes en caso de un recambio generacional.
Al posponer, el 1 de agosto el VI Congreso del PCC, que debió celebrarse en 2002, Raúl Castro admitió la necesidad de “dar pasos inaplazables, como la renovación de los organismos superiores de dirección del Partido”.
Si se realiza el VI Congreso del PCC, último para los históricos según las cuentas de Raúl Castro, tendrá el complejo trabajo de diseñar un nuevo modelo de socialismo, que sustituya al actual, de corte soviético, que está agotado.
Mientras se esperan los cambios, los hombres del poder en Cuba pasan de los 70 años y el Gobierno continúa en manos de los históricos, encabezados por Fidel, de 83 años, y Raúl Castro, de 78. El mayor de los Castro, alejado del Gobierno hace tres años por una enfermedad, aún conserva el cargo de primer secretario del PCC, figura central en países de régimen comunista.
Entre los principales dirigentes de la vieja guardia, además de los Castro, están el número dos José Ramón Machado, de 78 años, los comandantes de la revolución Ramiro Valdés (77) y Guillermo García (81); el jefe de las FF.AA., general Julio Casas Regueiro (73), y el ministro del Interior, Abelardo Colomé (70) .
También integran la cúpula cubana, entre otros, Esteban Lazo (66 años), vicepresidente del Consejo de Estado; el general Ulises Rosales del Toro (67), vicepresidente del Gobierno; Ricardo Alarcón (72), presidente de la Asamblea Nacional; Guillermo García (81), otro comandante de la Revolución; José Ramón ‘El Gallego’ Fernández (86), vicepresidente del Gobierno; el médico José Ramón Balaguer (77), vicepresidente del Consejo de Estado y ministro de Salud.
‘Ya jugaron su papel’
Un muchacho de 17 años, que habló con AFP, resume lo que parte de la población piensa en la isla. “Detrás de Almeida, otros morirán . Ya jugaron su papel y hay mucho que arreglar. Muchos jóvenes se van a la yuma (EE.UU.) porque no hay oportunidades”.
Juan Almeida tuvo nueve hijos, de tres matrimonios. Su primogénita, Beatriz, vive en EE.UU. Otro de ellos, Juan Almeida García, fue detenido en mayo pasado cuando intentaba emigrar ilegalmente a Miami.
Un debate de 45 días
Los cubanos iniciaron un debate de 45 días para analizar algunos de sus problemas y definir medidas de aumento de la producción, ahorro, eficiencia y lucha contra la corrupción, convocados por el gobierno de Raúl Castro. Centros laborales, escuelas, universidades, células de base del Partido Comunista (PCC, único) y los barriales Comités de Defensa de la Revolución (CDR) se reúnen este mes y hasta el 15 de octubre en discusiones orientadas por un Material de Estudio.
Tras relevar en julio de 2006 a su hermano Fidel, Raúl Castro llamó a fines de 2007 a un proceso similar que se convirtió en una catarsis general sobre problemas y críticas, en el cual participaron 5 millones de personas, según el Gobierno.