Entrevista con Víctor López, estratega y consultor político. Foto: Cortesía
Víctor López nació en Barcelona, España, en 1985. Es fundador del grupo Kayros, que ha conducido al equipo asesor electoral de los presidentes Nayib Bukele, en El Salvador, y Leonel Fernández, en República Dominicana. En el 2017 y en el 2018 ganó el Napolitan Victory Awards, para consultores políticos. Tiene un doctorado en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Barcelona. En Ecuador, trabajó con Otto Sonnenholzner.
¿La gran cantidad de postulantes es un rasgo común de Latinoamérica?
Depende del país. En los 190 años de la República de Ecuador, de alguna manera es la primera vez que habrá 16 binomios. Desde los inicios de 1979, con esos 41 años de democracia que tiene Ecuador, si hacemos un promedio de la cantidad de candidatos que ha habido por elección, en las últimas ocho elecciones, es de 8,8 candidatos y ahora tenemos el doble. Para Ecuador esto es algo muy inusual. En República Dominicana se lanzaron 24 partidos. Solo cuatro estuvieron por encima del 1%, que les permite sobrevivir. En Ecuador el techo es del 4%, con lo que una gran cantidad de partidos va a desaparecer tras las elecciones de febrero.
Habrá depuración, puede ser algo positivo…
Viendo la parte positiva, todos los candidatos van a tener que entender eso. Probablemente las temáticas principales de esta elección serán enfocarse en la corrupción, la crisis económica, la pandemia y sobre todo el empleo; en un momento en que el desempleo debe rondar el 15 o 16%, porque en mayo era de 13,4%. Vemos una alta falta de respeto al
ciudadano por esa ansia de poder de muchos que se han lanzado sin ninguna posibilidad, porque muchos no tienen estructura ni una tasa de conocimiento. Para ganar se debe tener estructura en la Sierra y en la Costa, prepararte con un ejército electoral para el día de las elecciones para que voten y defiendan el voto en las urnas.
Y con tantos candidatos, ¿gana el que pega primero?
Las encuestas son la clave. Uno: los datos en estos momentos no son absolutos. Se pueden medir tendencias. De ahí, lo segundo: a todos les pido que verifiquen de dónde vienen las encuestas. ¿Quién las paga?, ¿cómo se hacen? Porque innegablemente generan el efecto bola de nieve. La elección ya ha empezado, aunque oficialmente la campaña se inicie más tarde; por eso para los candidatos es importante posicionarse. El que saca la primera encuesta marca tendencia. Es muy importante sacar la primera encuesta, sobre todo si hay 16 candidatos.
La aversión a los políticos crece, y la gente no quiere identificarse ni con la izquierda ni la derecha…
El volumen de indecisos es del 70%. Ese es el objetivo. Tienes que construir un mensaje político, un mensaje sólido que conecte con sus emociones, abarcando todas las temáticas de la elección. Tienes que practicarlo contando un relato, una historia, y al final tienes que masificarlo, pero utilizando canales específicos para cada elector. Además el peso electoral, aparte de los indecisos, lo tienen los jóvenes, más de la mitad están entre 16 y 39 años. Ganará el que sepa conectar con ellos, su desafección y la sensación de que toca cambio. Van 14 años de correísmo-populismo y morenismo. Toca cambio.
Como consultor político no habla de ideologías. ¿Ese es el sentir de la gente?
En Ecuador lo hemos visto muy claro. En El Salvador, donde yo estoy ahora mismo, con Nayib Bukele también. O sea, la caída de las ideologías de las que hablaba Francis Fukuyama es real. Los electores ya no se basan tanto en la ideología sino en la persona, en esos ‘rockstars’ como Obama, Macron, Trump o Nayib (Bukele). Al final estamos votando más a la emoción que nos genera esa persona, que a su ideológico.
Vemos a Trump con el mismo discurso que tuvo Correa contra la prensa y sus enemigos. En la política, el nivel discursivo ideológico se ha desplazado…
Efectivamente. Vemos discursos rupturistas en el caso de Donald Trump. Ahora mismo está haciendo un discurso incluso casi de opositor, siendo Gobierno, ¿eh? Es curioso, pero es así. Entonces, acá vamos a ver gente y eslóganes hablando de cambio, siendo que llevan años en la política. Vemos ese tipo de discursos más rupturistas, más rebeldes, más subidos de tono, menos reflexionadas, más hacia las vísceras de la retórica; es decir, más hacia las pasiones más elevadas.
En El Salvador, la campaña se basó en un eslogan que nació de la gente, que era: “Devuelvan lo robado”, muy duro contra la corrupción de los dos principales partidos tradicionales en la historia de ese país, y recoge una personalidad como Nayib Bukele, y lo convierte en un ‘rockstar’ que genera una cosa que es lo que le hace falta ahora mismo a Ecuador: ilusión por un candidato.
Un candidato que además genere confianza. Y así sucedió. Al final ganó con un 53% en la primera vuelta. Eso puede ocurrir acá si tenemos un candidato que genere todo eso en Ecuador.
¿Ecuador tiene un ‘rockstar’ para esta elección?
Al momento no lo veo.
¿Se puede construir ese tipo de candidaturas?
Sí, se pueden construir… o sea, ‘rockstar’ se nace, pero también se puede hacer. El problema es el tiempo que hay, es un problema de tiempo, es un problema de recursos, es un problema de estructura. No hay campaña más cara que la que se pierde. Pero si tú no tienes suficientes recursos para meterte en una elección, no te metas, porque al final vas a tirar los recursos del pueblo.