Los migrantes de Venezuela siguen llegando a la frontera colombo-ecuatoriana, hasta el puente de Rumichaca. Foto: Javier Montalvo para EL COMERCIO
Los grupos de ciudadanos de Venezuela que estaban represados en Rumichaca, en la frontera con Colombia, desaparecieron.
Las exoneraciones para presentar el certificado judicial en cuatro casos, que dispuso el Gobierno el viernes último, influyeron en la descongestión en el paso fronterizo.
Esa decisión permitió recuperar el corredor humanitario hacia el Perú, explica Daniel Suárez, titular de la zona 1 del Ministerio de Inclusión Económica y Social, que incluye a Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Sucumbíos.
Desde el sábado anterior, la fila de extranjeros comenzó a fluir en la oficina de Migración de Ecuador, ubicada en Rumichaca. Un promedio de 400 trámites diarios se realizan para ingresar al país o cruzar rumbo al sur del continente, explica un funcionario.
Ayer, seguían llegando los viajeros portando maletas. Entre ellos, Lizeth Bastardo, una enfermera que inició su viaje hace tres días en la ciudad de Maracay, situada en el centro de Venezuela.
Viaja acompañada de su cuñada y dos sobrinas pequeñas. Se enteró en el periplo que solamente podían ingresar los ciudadanos que tenían el certificado judicial legalizado. Ella no lo tiene. Asegura que ahora es imposible adquirir ese papel en su país, porque todo es un caos en este momento.
Sin embargo, se alegró al saber que al movilizarse con los niños podrían pasar. Asegura que su mayor sueño es encontrar un empleo en Ecuador y ganar dinero que le permita traer a sus dos hijos y a su madre que la esperen en Maracay.
Otro migrante es Gabriel Gómez, de Caracas. Al mediodía de ayer consultaba cómo podía ir hacia el Perú, donde le esperan unos familiares.
Uno de los funcionarios de Migración le explicó que podía beneficiarse de la visa temporal para circular por territorio ecuatoriano. Este documento tiene una vigencia de 72 horas, comenta Suárez.
Asegura que esta iniciativa, que también permite el paso sin el certificado judicial de las personas que tiene familiares con residencia en Ecuador, liberó la tensión que estaba creciendo en Rumichaca.
Esta última disposición, que se enmarca en la reunificación familiar, beneficia a los migrantes que tienen parientes hasta segundo grado de consanguinidad (hijos, nietos, entre otros) o de afinidad (esposos, sobrinos, cuñados, suegros) con extranjeros o ecuatorianos que residan en el país.
Otros viajeros que no cuentan con los papeles en regla, en cambio, se aventuran a cruzar al Ecuador sin la autorización.