‘La Gran Sabana’ está a cargo, desde el 1 de noviembre del 2018, de los voluntarios del proyecto ‘Contigo Venezuela’. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
La administración del albergue de migrantes venezolanos ‘La Gran Sabana‘ está a cargo, desde el 1 de noviembre del 2018, de los voluntarios del proyecto ‘Contigo Venezuela’, el cual forma parte de la Fundación Apoyo Familiar y Apoyo Comunitario (Afac). Antes de esa fecha, ese lugar estaba en manos de la Asociación Civil ‘Venezolanos en Ecuador’.
La mañana de hoy, lunes 10 de diciembre del 2018, este Diario visitó ese centro y constató que tiene capacidad para 70 personas. Actualmente, 56 llaneros viven allí, de ellos seis son niños.
Karen Gómez, voluntaria del proyecto, indica que se encargan de gestionar las donaciones que llegan para los migrantes.
“El proyecto es integral. No queremos que sea una casa de paso en donde la gente viene, se recupera y se va. Nuestro plan es implementar talleres y que aprendan a realizar cosas para vender como cerámicas o coser. Eso nos tomará unos dos meses”, cuenta Gómez.
Otra colaboradora, Paulina Andrade, expresa que el próximo 16 de diciembre se realizará un agasajo para los niños. Uno de ellos será Isabella, quien nació hace siete días en Quito.
La infante y su madre reciben ayuda de forma permanente en el albergue.
María Alejandra Salazar cuenta cómo nació Isabella tras llegar hace un mes y medio a Ecuador:
“Tengo 35 años y vine a Quito desde Caracas, la capital de Venezuela, junto a mi esposo. En mi país se quedaron mis otras dos hijas, Camila y Julen, de 9 y 1 año respectivamente.
Llevaba seis meses de embarazo cuando me decidí venir, porque la situación es insostenible. Allí trabajaba como administradora de un local perteneciente a una cadena de supermercados que se llamaba Súper Líder, la cual quebró.
El sueldo no me alcanzaba. Mi salario era de 8000 bolívares y con eso me servía apenas para comprar arroz, un poco de carne, pollo, pasta y leche para mi última niña. Tras quedarme sin trabajo en el supermercado, me fui a laborar en la peluquería de una amiga, pero la situación se complicaba más y más.
Ante eso, tomé la decisión de venir a Ecuador. Acá tengo amistades y me indicaron que con los USD 10 o 20 que envíe a Venezuela es suficiente para mantener a mis hijas.
El viaje desde Caracas hasta Quito fue muy duro. Sin embargo, hubo gente caritativa que nos ayudó en el trayecto. Una vez, íbamos con mi esposo en la carretera y un señor salió de un restaurante para invitarnos a comer, en Colombia. En otros lugares nos dieron galletas y frutas. Unos motorizados nos entregaron dinero. Con eso logramos llegar a Bogotá y luego a Quito.
La administración del albergue de migrantes venezolanos ‘La Gran Sabana’ está a cargo de los voluntarios del proyecto ‘Contigo Venezuela’, el cual forma parte de la Fundación Apoyo Familiar y Apoyo Comunitario (Afac). Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Mi hija Isabella nació a los siete meses de gestación, el pasado 3 de diciembre del 2018. Me atendieron muy bien en el Hospital Pablo Arturo Suárez, tiene buen peso. Es prematura por lo que viví durante la caminata. Hemos recibido ayudas de gente caritativa, nos donaron ropa, toallas, pañales y una bañera.
Mi esposo trabaja en Quitumbe con sus amigos. Venden empanadas en la calle. En Caracas, él era técnico en el Metro, pero su salario no era suficiente para mantener a la familia.
Mi expectativa es laborar. Yo me quedo dónde consiga un empleo. Luego pensaré en traer a mis otras hijas. Soy técnica en contabilidad”.
En el albergue ‘La Gran Sabana‘ se reciben donaciones para los migrantes venezolanos. La ayudas se pueden entregar en la avenida Galo Plaza Lasso, entre Avellaneda y Sebastián Moreno, en el norte de la ciudad.