Los moradores del barrio afectado buscaban entre los escombros algunas pertenencias que les puedan servir. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Desde las 05:00 de hoy, martes 26 de febrero del 2019, los vecinos del barrio Santa Teresita de Conocoto estaban de pie para limpiar los escombros y buscar entre la tierra las cosas que se perdieron tras el deslizamiento registrado la tarde de ayer.
Unos llevaban palas y picos en sus manos. Otros removían los escombros con sus manos y retiraban prendas de vestir, ollas, camas, mesas, sillas, cobijas, utensilios pequeños de cocina, entre otros enseres. La camioneta roja que resultó afectada, estaba totalmente destruida, con las ventanas rotas y aplastada, rodeada de lodo.
Un grupo de policías daba seguridad en el sector. La gente comentaba que lo ocurrido la tarde de ayer (lunes 25 de febrero) fue una pesadilla, algunas mujeres lloraban al recordar que se perdieron viviendas. Según datos proporcionados por la Secretaría de Seguridad del Municipio, siete casas resultaron afectadas. Tres en su totalidad y cuatro en su estructura. Hubo nueve heridos, cinco adultos y cuatro niños.
Eulalia Caisaguano, presidenta del barrio Santa Teresita de Conocoto, indicó que desde muy temprano los moradores apoyaron a los afectados. Incluso los vecinos de otros barrios como Velasco Ibarra y 6 de Diciembre se manifestaron con ayudas.
La dirigente contó que se recolectó ropa para los damnificados. “En la zona alta de la montaña se construyó un pozo séptico y eso es lo que colapsa, es del barrio (de arriba)”.
Contó que los heridos se encuentran estables en los centros asistenciales a donde fueron trasladados. Por lo pronto, lo primordial de este martes es la limpieza de escombros y que las familias se recuperen del golpe emocional de la emergencia de ayer.
Los vecinos recordaron que una moradora tenía problemas en la columna luego del deslizamiento, ya que un objeto contundente le impactó en la espalda. La llevaron al Hospital del Sur y esperan que se recupere pronto. También tiene los pies hinchados y le cuesta movilizarse.
María Alcoba estuvo desde las 06:00 colaborando en la limpieza de escombros y recuperando pertenencias. “Ayudamos a recoger, ropa, zapatos. No hay nada más, el resto está destruido”.
Ella va a lavar la ropa recuperada para utilizarla nuevamente. Aspiraba que, en el transcurso de la mañana, se logre recuperar algún utensilio de cocina.