Tufiño, ubicado a 18 kilómetros de Tulcán, en la zona occidental de Ecuador, hasta hace cinco años se constituía en población de paso para los turistas ecuatorianos y colombianos. Los viajantes llegaban hasta este sector y luego se trasladaban hacia Chiles, en Colombia.
En esa población (Chiles), a 2 kilómetros del Ecuador, las piscinas de aguas termales cautivaban a los paseantes de los dos países. No sólo hacían uso de las albercas, sino que degustaban de la gastronomía del vecino país, como recuerda Luis Chiles, morador de Tufiño.
La presencia de 1 500 a 2 000 bañistas los fines de semana motivó a los moradores a interesarse por el turismo. Luis Tatamués, líder de la zona, explica que era necesario diversificar la agricultura y ganadería que son los rubros que mueven la economía del sector.
La reconstrucción del mercado y la instalación de un patio de comidas en esa infraestructura despertó el interés de 18 familias que emprendieron en el rescate de la gastronomía del lugar.
Caldos de gallina criolla a USD 2,75; platos de trucha frita en USD 2,50; bandejas de fritada con choclo y queso a USD 3,50, o el famoso hornado pastuso en USD 2,50 son los atractivos del arte culinario de esa jurisdicción rural carchense.
Luz Güel, quien administra uno de los locales de comida, señala que atienden todos los días, triplicándose el número de visitantes los fines de semana. Ella asegura que son parte de un proceso de capacitación que incluyó atención al cliente.
Mientras que Rosa Chuquizán agrega que la miel con quesillo, el café estilado con empanadas o tortillas de tiesto, la variedad de jugos y aguas aromáticas con plantas medicinales de la región convocan a los clientes en las tardes.
Estas dos mujeres coinciden en que el asfaltado de la vía entre Tulcán – Tufiño incrementó la clientela y que la construcción del complejo de piscinas, en el centro poblado, complementó el circuito turístico.
Hace 15 días la Municipalidad de Tulcán entregó la rehabilitación de la infraestructura recreativa, que hoy cuenta con piscinas totalmente renovadas con toboganes y agua temperada con 28 a 30 grados. Se creó una zona húmeda donde funcionan dos saunas, dos turcos y cuatro hidromasajes. Un restaurante, juegos infantiles y una cancha de microfútbol satisfacen la demanda del visitante. Durante un mes, el ingreso será totalmente gratuito al complejo.
Fidel Paguay, presidente de la Junta Parroquial, reconoce que el turismo ha cambiado la imagen de este frío poblado. “Hoy, la industria sin chimineas es la prioridad. Esperamos a futuro brindar más ofertas”.
Pero quien visita este lugar no puede irse sin conocer el Museo Manaquer, un espacio que resume a través de la exhibición de piezas arqueológicas, fotografías, vestimenta, y herramientas la riqueza de la cultura Pasto y la Comunidad La Esperanza, asentada en este territorio.
Tufiño es ahora el nuevo destino para la recreación y la diversión, en medio de una gran oferta cultural y gastronómica. Un paseo hacia ese poblado resulta económico. Existe transporte público que cobra entre USD 0,50 y 0,80, dependiendo del tipo de vehículo.