En tierra de emigrantes solo se siembra para la familia producción.
La agricultura familiar para la subsistencia predomina en Azuay y Cañar. Cada año, el propietario fragmenta su propiedad para entregar como herencia a sus hijos.
En detalle
En Cuenca bajaron las remesas. USD 167,8 millones llegaron de enero a junio, 10 millones menos que en igual lapso de 2008.
Según datos de la ONG Movilidad Humana, más de 300 000 azuayos viven en el exterior. El número de retornados aún no es considerable.
En el Austro, la producción láctea crece cada vez más. En la actualidad, Cañar produce 300 000 litros de leche al día.El maíz, la papa y la arveja eran los cultivos más populares en este sector.
Ahora, la gente se dedica a la ganadería.En Azuay hay 99 633 Unidades Productivas (612 099 ha) y en Cañar 32 174 (258 232 ha). La mayoría de las parcelas pertenece a emigrantes, que las heredaron de sus padres o las adquirieron.
Pese al éxodo generado por la crisis bancaria de 1999, estas tierras siguen productivas. Los familiares que se quedaron siembran para el autoconsumo. Uno de ellos es Gilberto Muñoz, de 65 años, quien prepara la tierra para sembrar maíz y fréjol en una hectárea, que heredó de sus padres hace varios años.
Esta propiedad, ubicada en el cantón cañarense Déleg, ya la distribuyó entre sus nueve hijos, de los cuales ocho viven en Estados Unidos. Para él, la siembra no es un negocio rentable, sino parte de la cultura campesina.
Antes se sembraba más
De este cantón salieron los primeros emigrantes a EE.UU. hace unos 50 años. En esa época, Déleg era conocido por la producción de maíz, papa, arveja, trigo y cebada. Según Franklin Ortiz, de Movilidad Humana de la Pastoral Social de Cuenca, las tierras de los emigrantes son productivas, pero las familias se sientan a esperar que lleguen las remesas.
Ortiz dice que la expropiación de terrenos que en la actualidad plantea el Gobierno no afectará a las familias de los emigrantes, porque son minifundistas. “Es difícil que por esta zona algún emigrante tenga más de 50 ha”.
Ignacio Peñafiel, subdirector del Ministerio de Agricultura en de Cañar, lo corrobora. Él precisó que el 90% de los terrenos de la Sierra está en manos de personas que tienen hasta 5 hectáreas. En Cañar, la ganadería, por ser más rentable y demandar menos esfuerzo, desplazó a la agricultura. Él calcula que en los últimos dos años se han sembrado unas 40 0000 hectáreas de pasto en los siete cantones y la mayoría es de familiares de emigrantes. Gilberto Muñoz precisó que en Surampalti (Déleg), los campesinos se dedican a criar ganado y quedan pocas huertas. Su vecino, David Morales, de 78 años, cree que los pocos terrenos improductivos son por falta de mano de obra.