Redacción Quito
El movimiento de pasajeros, comerciantes y transportistas en la terminal terrestre de Cumandá fue normal ayer. Esto debido a que su cierre se postergó una vez más.
Cecilia Gárate, a cargo de la operación de las nuevas estaciones en Quitumbe y Carcelén, dijo hace ocho días que el traslado se efectuaría desde ayer. Pero la fecha tampoco se cumplió.
Así, luego de los varios aplazamientos para la apertura de las nuevas terminales, el alcalde Andrés Vallejo dio otra fecha: “El jueves a las 00:00 se iniciarán las operaciones en las estaciones”. El anuncio lo realizó el lunes en la noche, luego de que firmaran un acuerdo con los dirigentes de la Federación Nacional de Transporte Interprovincial (Fenacotip).
Vallejo enfatizó el lunes que el traslado desde Cumandá a las nuevas estaciones empezará hoy para que “el jueves esté totalmente operativo el sistema de las nuevas terminales”.
Sin embargo, para el funcionamiento de las interparroquiales en el sur y en el norte todavía hay temas pendientes. Uno de ellos es el cierre operativo en las miniterminales dentro del centro-norte de la ciudad.
Los representantes de las operadoras Reina de Quito, Trans Esmeraldas, Occidental, Transportes Ecuador, Panamericana y Flota Imbabura rechazan la Resolución 054 que prohíbe a estas cooperativas despachar unidades desde las miniterminales.
Hugo Ibarra, asesor jurídico de Trans Esmeraldas, señaló que apelarán la resolución. Afirmó que el Municipio no tiene la potestad de impedir ese trabajo. “Pediremos audiencia en la Comisión de Tránsito para que se pronuncie sobre el tema”.
Ante esto, Vallejo fue enfático. “No es posible que al interior de la ciudad funcionen miniterminales porque entonces se desnaturaliza toda la planificación para construir las terminales”. Aunque dijo que está abierto al diálogo y que espera que los transportistas acaten la disposición.
Para Patricio Picón, presidente de la Fenacotip, los representantes de las seis operadoras deben acatar lo resuelto por la asamblea general, es decir, trasladarse hacia las nuevas estaciones y despachar desde ahí a sus clientes.
En el acuerdo firmado con el Municipio establece que las operadoras de Carchi e Imbabura, que utilizan la terminal de Carcelén (aún inconclusa), se comprometen a operar “aceptando las condiciones técnicas y operacionales en las que se encuentra actualmente”. El Municipio, por su parte, dijo que en un plazo máximo de 60 días estará listo el edificio de boleterías, que todavía está en construcción.
Mientras tanto, en la terminal de Cumandá, Mario Padilla se preparaba para el trasteo. Él tiene un negocio en la estación hace 25 años y ayer fue uno de los pocos comerciantes que empezó a organizar sus enseres para el traslado. Las estanterías de su negocio estaban casi vacías. “Ya no he pedido mercadería. Será más fácil llevar pocas cosas. Pero aquí se dejan muchos recuerdos”.
Carmen Píllaro también comparte la nostalgia de Padilla. Ella tiene su negocio en Cumandá desde hace 26 años. El traslado no es fácil para ella. “Es toda una vida que se deja de un momento a otro. Solo agradezco a Dios que no me quedé sin trabajo”.
Quien sí teme por su futuro es Mauricio Medina. Él tiene una tienda en la calle Morales, junto a la terminal Cumandá. Él asegura que no lo tomaron en cuenta para el traslado y ahora tendrá que cerrar su negocio. “Existe un plan de regeneración pero es para dos años. El arriendo no perdona, así que me iré a buscar otro sitio”.
Los vecinos de Quitumbe cerraron una vía
Las protestas de los vecinos de la nueva terminal de Quitumbe, en el sur, continúan. Ayer, más de 20 moradores cerraron momentáneamente el paso de los buses interprovinciales en la calle Huayanay Ñan. Con carteles, pitos y cacerolas reclamaron la construcción de veredas, vías y de un puente peatonal.
Fabián Melo, uno de los vecinos del sector, señaló que el Municipio no cumplió con sus ofrecimientos de mejorar el sector antes de que se inicien las operaciones. “No sabemos por qué insisten en inaugurar una obra incompleta. Las vías de todo el sector están en mal estado”.
Carmen Ocapana, quien vive sobre la av. Mariscal Sucre, detrás la estación de Quitumbe, señaló que le preocupa la apertura de una nueva vía, junto a su vivienda. El Municipio, asegura, le ha informado que junto a su domicilio se abrirá una calle. “No me opongo a que trabajen pero esas obras dañarán las acometidas de agua de nuestra vivienda”.
En el sector no hay postes de luz eléctrica para dotar de energía a las viviendas, por lo que han improvisado postes de madera y conexiones manuales de energía. Melo afirmó que las protestas continuarán mientras no se concreten las obras viales para mejorar el sector.