En Ambato subió la temperatura de 4,4 subió a 7,3 grados este miércoles, 2 de agosto del 2017. Foto: Archivo
Las bajas temperaturas que se registraron el martes 1 de agosto del 2017 en las ciudades de Ambato, Riobamba y Latacunga se deben a la escasa nubosidad en la atmósfera, el calentamiento de la superficie durante el día y los fuertes vientos que superaron los 30 kilómetros por hora. Esas condiciones provocaron que la temperatura descendiera y estas se mantendrían en lo que resta de agosto y parte de septiembre.
Así lo explican los técnicos del Instituto de Meteorología e Hidrología (Inamhi). El martes, Latacunga tuvo una temperatura de 0,3 grados, la segunda más baja de este 2017. La primera ocurrió en enero, cuando el termómetro descendió a -0,5 grados.
Pablo Llerena, especialista en pronóstico del Inamhi, explicó que en las últimas 24 horas ya cambió el estado de tiempo, porque se presentó más nubosidad en la atmósfera. Eso permitió un incremento en la temperatura. Citó por ejemplo que en Ambato de 4,4 subió a 7,3 grados; en Latacunga de 0,3 a 5,7 y en Riobamba de 4,0 a 6,2 grados.
Llerena aseguró que la abundante nubosidad que se presentó durante la noche y madrugada del martes 1 de agosto ayudó a que la energía acumulada en la superficie, por el intenso sol, no subiera a la atmósfera, impidiendo un descenso de la temperatura en las ciudades de la Sierra andina ecuatoriana.
“La disminución de la temperatura no solo se presenta en las ciudades de la zona central, sino a escala nacional y es producto de ese fenómeno. Estas condiciones se mantendrán en lo que resta de agosto y probablemente parte de septiembre, es decir, habrá días eventuales donde la temperatura disminuirá y en otros que subirá”, mencionó Llerena.
Los fríos intensos se sintieron en Chimborazo. En las últimas semanas se incrementaron las ventas en los negocios que ofrecen cobijas y abrigos; así también hay un mayor número de pacientes con resfriados y gripes en los centros de salud.
“Salir en la tarde a veces es imposible. El frío es demasiado intenso y no podemos arriesgar a los niños”, cuenta Dayana Carpio, quien acudió a una farmacia de Riobamba para adquirir vitaminas y antigripales.
En las zonas rurales hay preocupación entre los campesinos por las bajas temperaturas. “Esta es la época de los granos secos. Pero hubo lluvias irregulares en julio, y ausencia de sol, por lo que no pudimos secarlos como lo hacíamos antes y aún no los llevamos a las bodegas”, contó Jorge Pucha, agricultor de Licto.
Según el agrónomo Leonardo Márquez, el impacto de los fríos intensos en la agricultora aún es mínimo. Pero si persiste, el proceso de germinación de las plantas podría ser más lento, además en caso de nuevas lluvias podrían aparecer plagas en esta temporada.