Redacción Jóvenes
Los Frick tienen su centro de operaciones en un museo de Quito. Antes de salir a pintar murales gigantescos en las paredes de la ciudad, ellos aprenden, discuten, planifican…
Su taller está en el sótano del museo Camilo Egas (Venezuela y Esmeraldas). Allí llegan, de martes a jueves, los artistas urbanos conocidos como Pin8, Ralex y MS. Ellos son integrantes del grupo Frick, que realiza proyectos de arte urbano en la ciudad.
Más color
Para ser parte del taller solo debes tener ganas de aprender más sobre las técnicas del arte urbano. La idea es experimentar.
El taller está abierto todos los martes, miércoles y jueves, de 15:00 a 18:00. Se abordan temas como el esténcil, el grafiti, el afiche.
En una segunda fase, se espera discutir otras técnicas como los adhesivos, los fanzines, los murales… Para pintar un mural, estos chicos se demoran un día entero o más.
El taller se abrió el 20 de noviembre pasado y cada semana tratan técnicas diferentes del ‘street art’: esténcil, grafiti, afiches. “La idea fue abrir una convocatoria a la gente que está interesada en saber algo más del arte urbano, las técnicas, la historia…”, afirma MS, mientras prepara sus crayones para pintar una manzana sobre la pared del sótano.
Pin8 cuenta que su colectivo, Frick, nació de la necesidad de difundir el arte en espacios públicos. “Estudiamos artes y estamos siempre en la calle, así que tratamos de unir las dos cosas. Hacemos murales, adhesivos y ahora estamos en este taller”.
Los tres jóvenes accedieron a este espacio en el museo Camilo Egas tras entregar su proyecto. Todo comenzó cuando en la universidad les dijeron que debían hacer pasantías.
Por otro lado, el museo Camilo Egas ha estado abriendo espacios para el arte urbano. Así que fue fácil que se entregue el sótano del museo a los chicos de Frick.
La intención, dice Fernanda López (directora del museo), es dar a conocer a la ciudadanía sobre las nuevas técnicas del ‘street art’, que se entienda que es un proceso de aprendizaje, que tienen una rigurosidad académica, un contexto histórico y teórico”.
Al taller llegan chicos de todas partes de la ciudad, como Infame y Caperuza, que ya tienen experiencia pintando en la calle. “La gente trae buenas propuestas personales, la idea es que el taller sea experimental. Tenemos ‘broderes’ que comparten las mismas técnicas que nosotros”, dice MS.
Los chicos llegan a las 15:00, toman pliegos de papel, pinceles, pintura, crayones, plantillas… Hacen sus creaciones y comparten experiencias hasta las 18:00, cuando se cierra el taller.
Para cerrar la primera etapa del taller, los jóvenes discutirán técnicas mixtas. Luego saldrán a la calle para pintar murales. Aunque aún no saben en dónde lo harán, Pin8 cree que será en Chillogallo. Para pintar estos murales, los jóvenes dialogan con los dueños de las casas para que estos les cedan una pared en blanco.
Ralex dice que muchos de los creadores urbanos son anónimos, pero hay algunos que sí firman. En los últimos meses, el Municipio ha cedido varios muros para que se pinten.