Sesión Popular Solemne organizada por la Gobernación del Guayas. Foto: Mario Faustos/El Comercio
El presidente de la República, Rafael Correa, se trasladó hasta el Guasmo Sur, en Guayaquil, para dirigirse a cientos de ciudadanos, mismos que esperaban escuchar el discurso presidencial.
Condecoraciones
– Maribel Caicedo, Medalla de Oro en 100 metros vallas. Entrega la condecoración Gustavo Jalkh, presidente del Consejo de la Judicatura.
– Fresia Saavedra Gómez, cantante – compositora guayaquileña. Condecoración al Mérito Artístico Cultural. Entrega la condecoración Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional.
– Condecoración al Mérito Institucional para Walter Araujo, integrante de la Comisión de Tránsito de Ecuador. Entrega la condecoración el gobernador de Guayas, Julio César Quiñónez.
– Abraham León recibió de las manos del Presidente de la República la condecoración al Mérito a la Valentía. Este niño salvó a sus hermanos de las llamas que consumieron su hogar.
Intervención de Julio César Quiñónez, gobernador del Guayas
“Guasmo Sur buenas tardes. Saludos a las autoridades.
El canto hoy te lo entrego afirmativo y alto, no la rama tierna sino crecida selva donde los himnos se alzan. Cada hoja de laurel quiere evocar en su esmeralda viva tus fechas inmortales. Definimos una fecha en la que rebosan los corazones para celebrar el hecho de creación de la nueve provincia auténticamente ecuatoriana. Ya no están los españoles. Se redefine el poder y la calidad ciudadana de los guayaquileños. Nos convertimos en ciudadanos orgullosos de su nuevo estado, el ecuatoriano.
Hoy venimos a recordar el enorme cambio social. Hoy se reivindica al hecho que nos transforma como guía de la realidad nacional. La gesta de octubre contribuyó en la posterior independencia del Ecuador.
La independencia de este territorio tiene significado nacional. La construcción de la patria estuvo en juego en ese momento y lo está ahora. Digamos desde Guayaquil… Viva el Ecuador. Somos herederos de los próceres que sí creían en el Ecuador.
El triunfo es eterno como el monumento de Bolívar y San Martín.
En el presente vemos opositores ocultos en la oscuridad del pasado que negamos, del cual nos independizamos. Les decimos que no olvidaremos los triunfos reflejados en la estrella de la celeste y blanco. Les decimos a los banqueros que esas poses no les quedan bien. No nos volverán a engañar como aquel funesto feriado bancario.
Le decimos al explotador laboral que señala adelante ecuador adelante. Les decimos a los tirapiedras. A ellos les enteramos de que esta ciudad camina por la continuidad de su revolución ciudadana. No seremos contrarios a nuestro legado ni a la sangre de nuestros próceres.
Somos libres y cantamos. Saludemos a esta aurora gloriosa que anuncia libertad, libertad, libertad. La nueva era nos exige organizar la policía presente y la del futuro. Nuestra independencia como gobierno es haber terminado con la tercerización. Son mejores leyes que protejan a jóvenes y niños del mal de las drogas.
Es la afiliación voluntaria de miles de amas de casa. Una política dl presente que no permite tolerar una centralización ilegítima de la riqueza de unos cuantos ecuatorianos. No se puede gobernar para los que excluyen y a los excluidos. Nosotros elegimos gobernar para ustedes. Para los más pobres. Para los oprimidos y excluidos, ese ese es nuestro escudo.
Debemos dejar un ambiente que promueva. Que garantice el triunfo familiar y la armonía entre vecinos. Habitamos los de la revolución ciudadana sin clubes selectivos y que creen que Guayaquil es Miami. Somos los del arroz con menestra y carne, del tradicional serano mote pillo porque Guayaquil es Ecuador. Todos somos Guayaquil. Esta sencillez que albergamos en nuestra práctica nos permite reconocernos en los más humildes como uno más.
Lo popular es el sentido. Es hora de plantarlo frontalmente. El líder popular que nos acompaña refresca y actualiza la batalla de 1820. Por eso los dirigentes de Monte Sinaí, Isla Trinitaria, Batallón del Suburbio, La Playita, a todos les decimos que hoy son ustedes los que sostienen el contemporáneo estrechar de manos sin tiempo de Bolívar y San Martín.
Ya no tenemos tiempo para convencer a opuestos o no. Este poder nos reclama construir un mandato revolucionario. La espiritualidad y dignidad de hombres, mujeres, padres, madres, se vive el liderazgo de los pobres, la dictadura de los marginados. Gloria a ti pueblo invencible e indoblegable. La lucha no terminó hace 195 años, la lucha continúa. Son otros los yugos y hay otras maneras y formas de independizarnos.
Somos el pueblo de los buses, del deporte popular, el de la bohemia en Las Peñas, somos el pueblo de la carretilla callejera. En fin, somos Guayaquil. Tenemos un desafío y más de miles voluntades. El Ecuador ya cambió. Por cariño, por ustedes, viva Guayaquil, viva la revolución ciudadana”.