Venezuela abrió las puertas en la región a la empresa China Electronic Technology Group Corporation (CETC). Lo hizo en el 2005, para la adquisición de 10 radares del tipo JYL-1, para fortalecer la capacidad del Comando de Defensa Aérea. La inversión alcanzó USD 150 millones, pero siete años después, no todos los artefactos se encuentran en funcionamiento.
Los radares chinos adquiridos por Venezuela tienen problemas con la electricidad y el mantenimiento. Según el viceministro de Prevención y Seguridad Ciudadana, Néstor Reverol, se busca establecer una red que permita una respuesta temprana cuando se detecte un vuelo sospechoso. Estas contingencias serían atendidas con los Jet K-8 chinos. En la defensa venezolana también hay radares del tipo Smart-S Mk2 holandeses y 3D Star israelí, operados en el Caribe por la Marina.
Según fuentes militares de Venezuela, los equipos chinos se encuentran distribuidos en los sectores de El Vigía, Montecano (Falcón), Mene Mauroa, San Fernando de Apure, La Esmeralda, Base Libertador, Los Teques, Luepa, Santa Bárbara de Barinas y Cerro Copey de Margarita.
En ese escenario, el ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissam, afirmó que 36 pistas clandestinas utilizadas para el tráfico ilícito de drogas han sido destruidas en lo que va del 2012 . Y que entre el 2007 y el 2012 han sido inhabilitadas 333 pistas clandestinas, para evitar que droga llegue a territorio venezolano y que Venezuela sea usada para tránsito.
En la región, la empresa CETC logró concretar un acuerdo, además de con Venezuela, solo con Ecuador, en el 2009. Lo hizo para la venta, por USD 60 millones de cuatro radares: dos del tipo YLC-2V, de largo alcance, y dos YLC-18, de corto alcance, para la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). Estos equipos están en pruebas.
China intentó abastecer a Argentina. Tras varios intentos de licitaciones internacionales fracasados, el Gobierno sudamericano optó por la fabricación local En septiembre fue instalado el primero de seis radares 3D, diseñados por la empresa argentina Invap, cuyos datos son analizados en el Centro de Vigilancia y Control del Espacio Aéreo que opera la Fuerza Aérea Argentina.
Ese radar, denominado RPA, fue probado en ejercicios aeronáuticos. En promedio, cada año se visualizan en los sistemas de radares argentinos unos 50 vuelos que tienen características de avionetas usadas por contrabandistas. Esa es la cifra de la Fuerza Aérea, pero solo incluye los sectores controlados por los radares. Hay otros dos FPS113, donados por España hace dos años, y dos radares TPS 44 del Ejército.
Uruguay controla su espacio aéreo con dos radares ARSR-3D (M) españoles. La Fuerza Aérea de Colombia cuenta con cinco radares que permiten la ubicación de aeronaves sospechosas; todos funcionan. Este país, al igual que Chile y Brasil consideran asunto de seguridad la información específica de sus equipos.
Brasil en los últimos días hizo público que cuenta con radares estadounidenses del tipo TPS-B34, que serán utilizados para garantizar la seguridad durante la cita de jefes de Estado Río+20 en este mes.
En otros países
Costa Rica no cuenta con radares para la interdicción en el espacio aéreo, afirmó el ministro de Seguridad, Mario Zamora. Si se necesita ubicar una aeronave se pide apoyo a naciones amigas. Hace 20 años hubo un radar, pero fue devuelto a los EE.UU. por los costos de mantenimiento.
Puerto Rico no ha adquirido radares. La seguridad aérea de la isla es un asunto que opera bajo la jurisdicción de Estados Unidos.