Concierto de rock en Montevideo. Un joven que no supera los 20 años prende un “porro” (cigarrillo de marihuana) de grandes dimensiones. Nadie lo detiene porque no está cometiendo delito o infracción alguna.
En Uruguay, nadie es susceptible de ser condenado a prisión por consumir una droga. Lo que pueda considerarse “consumo personal”, según la ley que regula lo referente a estupefacientes, lo determina el juez de la causa.
Con cerca de 200 000 uruguayos que declaran haber probado esta sustancia, la marihuana es la droga ilegal más consumida por la población (le siguen cocaína con 64 000 consumidores declarados y la pasta base de cocaína, con cerca de 30 000 consumidores, de acuerdo con un estudio realizado en el 2007.
Sí es un delito vender, por mínima que sea la cantidad, cualquier droga que no sea alcohol o tabaco. También es un delito cultivar una planta de marihuana, aun cuando se trate de una única planta para consumo personal. Una corriente de activistas se propone alcanzar la liberalización completa del consumo y la tenencia de marihuana en primer lugar.
En Uruguay hay varios organismos que abordan el tema: el Ministerio del Interior, el de Salud Pública y la Junta Nacional de Drogas son los principales. El primero se encarga de la represión al narcotráfico y el segundo de atender a los que son admitidos a algunos de los cuatro centros de contención para adictos.