Redes criminales infunden temor en barrios de Guayaquil y Durán

Agentes desplegan operativos en las vías de Durán, cerca de Guayaquil. Foto: EL COMERCIO
Las puertas del parque se abren a la medianoche, una vez por semana. Cerca de 30 hombres llegan en motocicletas y vehículos. Otros caminan por los callejones oscuros del barrio El Arbolito, en Durán, un cantón cercano a Guayaquil. Los vecinos saben que todos son miembros de los Chone Killers, una red delictiva que se dedica a la venta de drogas.
Dicen que durante las reuniones se escuchan disparos y rezos. “Oran a Dios para que la Policía no los atrape y para tener fuerza para acabar con sus enemigos. Eso se escucha claramente”, cuenta un hombre que vive cerca de ese lugar.
Una mujer asegura que hay días en que tienen que esconderse por temor. “Piensan que somos aliados de las otras bandas o que somos soplones”. Chone Killers es la banda a la que también se le atribuyen asesinatos perpetrados en Durán y en Guayaquil.
Desde este 2021, la pugna entre bandas ha desatado una ola de muertes violentas. El sicariato se ha convertido en un problema en Durán. Desde enero hasta mayo se han cometido 24 homicidios. Los policías dicen que en ese cantón del Guayas, cada día se incautan de una o dos armas.
El miércoles pasado, en los bajos del cerro Las Cabras fueron detenidos un joven de 20 años y un adolescente de 16. Los dos tenían en su poder dos pistolas, con cinco balas cada una. Los agentes advierten que se movían para cometer un crimen en Guayaquil.
Los datos oficiales confirman que el 67% de todos los asesinatos que ocurren en el Puerto Principal se concentra en cinco zonas: Portete, Pascuales, Esteros, Durán y el Distrito Sur. El Guasmo es uno de los barrios más conflictivos.
Allí, los vecinos también viven con temor, en especial en los sectores cercanos al estero. Un dirigente cuenta que las bandas practican disparos y manejan motocicletas. “Es una especie de fortín que tienen para escapar por el mar”.
El pasado 7 de mayo, un pescador fue secuestrado y asesinado en un islote. Los vecinos no descartan que los autores sean miembros de Los Choneros. Esta organización se disputa la venta de droga con otras dos organizaciones: Los Lagartos y los Tiguerones.
Por los enfrentamientos y muertes violentas reportadas, la gente de barrios como Unión de Bananeros e Isla Trinitaria ha colocado placas de metal detrás de las ventanas. Dicen que es para protegerse de alguna bala perdida.
La Policía indica que las bandas atemorizan a los habitantes. A mediados de marzo, desconocidos abandonaron en Los Esteros dos sacos de yute con restos de un hombre que había sido decapitado.
El Gobierno trasladó nuevamente 500 agentes para reforzar las seguridades en el Puerto Principal, en Durán y Samborondón. La idea es evitar que se cometan más homicidios.
Los uniformados fueron desplegados en las cinco zonas más conflictivas. Unos ejecutan operaciones y otros investigan. Así han determinado que en Guayaquil operan al menos 10 cabecillas.
Uno de los más rastreados es alias ‘Bob Marley’. En los barrios, la gente cuenta que salió de la cárcel hace cuatro meses. Los pobladores indican que ha reclutado a jóvenes para la venta de drogas y ha ordenado la ejecución de siete enemigos.
Alias ‘El Llorón’, en cambio, pertenece a la banda de los Latin King. Sus operaciones también se concentran en Durán y en el sur de Guayaquil. Su nombre causa temor en barrios como Abel Gilbert y 28 de Agosto.
Los vecinos que viven en estos sectores prefieren no hablar y los que se atreven aseguran que siempre pasa escoltado y en carros de lujo.
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