La Policía Nacional fue la encargada de informar a los familiares de los presos que no hay visitas. Ellos esperaron en los exteriores de la cárcel. Foto: Fabián Maisanche / EL COMERCIO
Los familiares solicitaron el pasado martes 23 de julio de 2019 que se les permita visitar a los presos, que se encuentran recluidos en los diferentes pabellones de la cárcel de Cotopaxi, pero el pedido no fue atendido por las autoridades del centro carcelario.
Las mujeres buscaban conocer el estado de salud de sus parientes, luego del amotinamiento que dejó dos presos asesinados, un policía herido y daños en diferentes áreas.
En videos difundidos a través de las redes sociales se observa cómo el lunes un grupo de presos tomó como rehenes a tres guías penitenciarios y a tres cocineros.
Ellos aparecieron sentados frente un cilindro de gas de uso industrial. A pocos metros está un grupo de internos cubiertos el rostro con camisetas anaranjadas y armados con palos.
Un preso, que viste terno y corbata, indica que “están retenidos por el mismo sistema que nos ha tenido sumergido”.
El director de Rehabilitación, Edmundo Moncayo, no confirmó la veracidad de esta grabación. En otro video se observa cómo los presos invadieron las zonas mixtas. Todos actúan con sus rostros cubiertos.
Los internos recorren el área de visitas, los accesos de seguridad y el corredor que conecta a los pabellones de mínima y mediana. Al no lograr acceder algunas áreas prendieron fuego y se agudizó la violencia.
La familiar de un preso contó que tras los enfrentamientos su esposo se comunicó vía telefónica desde el pabellón de media seguridad. El interno le indicó que las visitas no se suspendieron y que viaje tranquila desde Quito. No pudo verlo.
“Me dijo que estaba bien, pero que no tenían el economato (tienda). Los presos habían saqueado toda el área, lo incendiaron y destruyeron en su totalidad”, aseguró la pariente.
Su versión fue confirmada por agentes de la Policía Nacional. Los uniformados indicaron que las áreas de visita, oficinas administrativas de los pabellones, garitas y otros fueron destruidos. Los presos sacaron los marcos metálicos de las puertas. Destruyeron los muebles y elaboraron armas.
Con estos fierros y palos se enfrentaron con los agentes penitenciarios y las unidades élite del GIR, GOE y UMO. Mientras que un grupo de bomberos de Latacunga se encargó de apagar los incendios.
“Ellos (presos) reclamaron por la forma en que nos tratan a las mujeres. Para ingresar, los guías nos quitan la ropa y hacemos ejercicios desnudas, pues creen que estamos ingresando droga. También protestaron por la falta de agua y para que se mejore la comida”, dijo otra mujer que ayer llegó al centro penitenciario.
Tras cuatro horas del amotinamiento, las autoridades carcelarias y uniformados lograron controlar el hecho.
Luego de la intervención, el personal descansó en las bancas de los juegos infantiles, restaurante y la zona que rodea al pabellón de contraventores.
En esta área aislada cumple su condena el exvicepresidente Jorge Glas. Ahí no se produjo ningún tipo de protesta. Las autoridades no informaron si las visitas se reanudarán este miércoles.