La menor fue rescatada tras un mes de secuestro. Para llevarla, desconocidos asesinaron a su madre y vendieron a la niña de dos meses a una mujer en USD 1 300. Ocurrió el 10 de junio pasado en Guayaquil.
Cuatro personas fueron detenidas. Según los investigadores, Naomi fue arrebatada de los brazos de su madre para dársela a Marcia C., quien, explicaron los agentes, perdió un bebé poco antes del hecho y supuestamente quiso comprar a la menor.
Franklin Espinoza, jefe operativo de la Dirección Nacional de la Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) explica que las desapariciones de los menores de edad entre 1 y 17 años están vinculadas a la violencia intrafamiliar, trata de personas y secuestros.
Un oficial de la Unidad Antisecuestros (Unase) dice que el plagio de menores no es un delito muy común. “Los secuestros, en su gran mayoría, se realizan con mayores de edad. Son personas que al ser vistas como una mercancía puedan resistir a estar en cautiverio”, dice el uniformado.
Por Naomi no hubo llamadas de extorsión que, según la Unase, son claves para afirmar que es un secuestro. El agente dice que si se trata de un plagio, los plagiadores no tardan más de 12 a 24 horas en llamar a la familia.
Algo que sí ocurrió en el caso de Lady A., de11 años, secuestrada el 26 de abril pasado en Otavalo (Imbabura). Sus secuestradores pedían USD 100 000 por el rescate. Ella fue liberada una semana después y tres personas fueron aprehendidas.
Cifras de la Unase revelan que en el 2010 y 2011 se reportaron 64 casos de secuestros a escala nacional (32 por cada año). La Unidad Antisecuestros de la Policía Nacional refiere que uno de los casos a su cargo en el 2011 fue de un menor de edad. Hasta julio de este año se han registrado dos menores secuestrados.
En lo que respecta a casos de extorsión, esa dependencia policial registró 246 el año pasado.
Pese a que en el caso de Naomi no hubo extorsión, la Unase colaboró en la investigación. Sin embargo, según sus estadísticas, el año pasado los montos exigidos por extorsión sumaron USD 2 404 573. De ellos se pagaron únicamente USD 16 520.
La pequeña Naomi fue entregada a sus padres inmediatamente. Pero, Ricardo Viera, vigilante legal del Consejo Metropolitano de Protección Integral a la Niñez y Adolescencia, dice que su reinserción social no es rápida. Para los menores víctimas de secuestros –explica- es difícil retomar sus vidas tras una experiencia de plagio; se necesita que reciban un tratamiento psicológico que venga acompañado del apoyo familiar. “No olvidemos que por más que ya haya sido liberado no deja de ser una víctima, siempre habrá secuelas”.
Esa evaluación y tratamiento debería estar a cargo de una Junta de Protección o un Juzgado de la Niñez. En Quito hay dos juntas, pero no hay datos de denuncias. “Hasta la Fiscalía llegan los casos que se tratan en la Unidad de Garantías y Personas, pero las víctimas y su familia no van más allá”, concluye Viera.
De los casos de secuestro y plagio registrados en la Fiscalía, 20 resultaron en dictámenes condenatorios el año pasado. En lo que va de este año hay ocho.