El soldado preparó el biberón para la bebé. Era octubre de 1976. La niña nació en la planta baja de una casa clandestina, en Montevideo-Uruguay.
Los sollozos de la niña se escuchaban hasta el subsuelo de la edificación, donde Sara Méndez y otros argentinos estaban encerrados ilegalmente con las manos atadas y vendados.
Eran jóvenes perseguidos por la dictadura militar que en esos años se vivía en Argentina. El grupo fue detenido en Buenos Aires y llevado a la fuerza a Uruguay.
Ayer, Méndez recordó esos momentos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que por primera vez se reúne en Quito a propósito del 42 Período extraordinario de sesiones.
En esta cita, el organismo internacional trata tres temas. Uno de ellos es la desaparición de María Claudia García.
Ella fue nuera de Juan Gelman. Presuntamente es la señora que dio a luz en la casa clandestina de Montevideo. La niña que allí nació ahora tiene 34 años y se llama Macarena Gelman. Ella y su abuelo Juan están en Quito, precisamente convocados por la Corte para declarar en este caso.
La reunión del organismo comenzó a las 10:07 y enseguida compareció Juan Gelman. Él recordó la búsqueda de su hijo Marcelo (20 años) y de su nuera. “Me daban información escueta, que no aportaba en lo que quería”.
En el 2006 planteó un juicio contra el Estado uruguayo, porque presuntamente sus familiares fueron asesinados por agentes estatales de ese país.
Gelman intervino más de media hora ante la Corte y su participación fue transmitida en cuatro pantallas planas que se instalaron en uno de los salones del Centro de Convenciones Eugenio Espejo. Allí se desarrolla la diligencia.
Luego habló su nieta. Tras intervenir 10 minutos se sumió en un silencio prolongado. Le contaron que tras el asesinato de su madre, en una canasta fue entregada en la casa de una pareja uruguaya.
De eso se enteró en el 2000, cuando llegaba a casa y vio ‘destrozada’ a la señora que la cuidó. Cuando preguntó por qué estaba así, la señora contó lo sucedido y confesó que ella no es su verdadera madre. “Eso es muy duro, porque jamás te esperas que de un momento a otro te digan no soy tu mamá biológica”.
Esmeralda Civilián ahora tiene 79 años y Gelman aún la visita en Montevideo. El uruguayo que crió a la niña fue Ángel Tauriño y murió tres meses antes de que se conociera la verdad. En el 2000 también conoció a Juan Gelman, su abuelo verdadero. Ahora -dice- los dos buscan la verdad de lo ocurrido con sus padres. Los jueces (de Perú, Argentina, Costa Rica, Uruguay, República Dominicana, Chile y Jamaica) escuchaban en silencio. La jueza May Macaulay preguntó ¿por qué Macarena Gelman tiene tres nacionalidades? La joven contestó que es uruguaya, porque nació allí; argentina por sus papás biológicos y española por su abuelo.
Terminó la intervención y Sara Méndez recordó los días que pasó en la casa clandestina. “Una noche los soldados pidieron un médico para una mujer que estaba en estado de gestación. En una comunicación se dijo que hay una mujer con dolores de parto”.
La señora se quedó en silencio y siguió: “A los pocos días un guardia preguntó si alguna de las mujeres que estábamos detenidas sabíamos preparar biberón. Pensé que trajeron a nuestros niños que se quedaron en Buenos Aires, pero no; era una bebé”.
Méndez recordó que a ella también le arrebataron a su hijo que apenas tenía 20 días de nacido. Pero lo halló dos años después con una familia en Argentina.
Méndez recuperó la libertad en 1981 y pidió a las Madres de la Plaza de Mayo que entregasen todas las fotografías de mujeres desaparecidas durante la dictadura del general Jorge Rafael Videla.
En ese proceso tomó contacto con Julio César Pambosa, un militar que estaba en la casa clandestina. Él reconoció que por dos ocasiones vio a una mujer embarazada y dijo que en una ocasión ella incluso entró al subsuelo.
La intervención fue seguida por un auditorio repleto. Allí estaban representantes de los Derechos Humanos, funcionarios de la Defensoría del Pueblo, abogados, estudiantes de Derecho, etc.
Cerca del mediodía, la intervención de Méndez terminaba y con ello la primera sesión de trabajo que se desarrollará hasta el jueves. Santiago Cantón salió en silencio de la sala. Él es secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, organismo que analizó el caso en primera instancia.
Al ser consultado sobre el proceso, el funcionario dijo que no dará declaraciones. Lo único que indicó fue que los resultados pueden estar listos hasta en tres meses. El pronunciamiento de la Corte (órgano diferente a la Comisión presidida por Cantón) es definitiva y no cabe apelación.
“Que se haga justicia”, dijo Gelman al entrar al almuerzo.