Afuera del Hotel Carión el 14 de julio solo se podía observar un vehículo de la Policía. Los ciudadanos cubanos ya no se encuentran allí. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En los exteriores del Hotel Carrión, que dan a la calle del mismo norte, en el centro norte de la ciudad, la mañana de este jueves 14 de julio fue diferente a las anteriores. Ya no había personas durmiendo sobre la vereda, solo había un vehículo policial y en las ventanas del albergue ya no se escuchaban los gritos de los detenidos cubanos, buscando que familiares y amigos les presten atención.
Solo unas bancas y unas cajas de cartón evidenciaban que estas veredas fueron el ‘hogar’ de un grupo de cubanos desde el 6 de julio que esperaban que sus compatriotas sean liberados y salgan de este predio. El panorama cambió ya que el 13 de julio fue deportado el tercer (último grupo) conformado por 47 cubanos a la Habana.
Vecinos y transeúntes del sector dicen que ya se habían acostumbrado a la presencia de los migrantes y será raro no verlos todos los días. Algunos incluso, cuentan, les donaban comida en las mañanas para que puedan tener fuerza para seguir allí. Dicen que ya era común pedirles que se hagan a un lado por un momento para poder abrir la puerta del garaje.
Pero, esta mañana ya no estuvieron estas personas presentes.
El tercer grupo de cubanos partió a las 15:40 del 13 de julio desde el Aeropuerto Cotopaxi, en Latacunga. Según información del Ministerio del Interior partieron en un Boeing 737 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) y se esperaba que lleguen a las 20:00. Aún se espera la notificación de los abogados defensores para saber qué medidas van a tomar tras la última deportación.
Según el Ministerio del Interior, en total 121 cubanos fueron deportados desde el sábado en tres vuelos de la FAE. 29 personas obtuvieron la libertad.