En noviembre de este 2022 se han registrado fugas de personas privadas de la libertad, en tres centros de rehabilitación social de Ecuador.
El primer hecho ocurrió en la cárcel de El Rodeo de Manabí. El pasado 7 de noviembre, dos presos se fugaron. Las autoridades de ese centro carcelario alertaron a la Policía y también presentaron una denuncia por el delito de evasión.
Tres días después se registró un hecho similar. Cuatro menores de edad huyeron del Centro de Adolescentes Infractores, ubicado en Guayaquil.
Uno de ellos es el sospechoso de haber asesinado al fiscal Édgar Escobar, el 19 de septiembre del 2022, en los exteriores del edificio de la Fiscalía del Guayas.
Tras ejecutar operativos policiales, tres de los cuatro menores fueron capturados. Entre ellos, el sospechoso de ese crimen.
El último caso de evasión se registró la noche de ayer (16 de noviembre del 2022) en la Penitenciaría del Litoral. El Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de la Libertad (SNAI) informó que serían cinco presos fugados. Al momento se conoce que al menos dos reos fueron recapturados.
Por su parte, el SNAI indicó que tras recibir la alerta “de una supuesta evasión de personas privadas de libertad, se realiza la verificación in situ en los pabellones” de la Penitenciaría de Guayaquil), para corroborar la presencia de los presos.
¿Cómo se sanciona la evasión en Ecuador?
Según el artículo 274 del Código Integral Penal (COIP), cuando una persona “por acción u omisión permita que un privado de libertad se evada del centro de privación de libertad, será sancionada con prisión de uno a tres años”.
Si un funcionario público está involucrado en ese delito, la pena aumenta de tres a cinco años de cárcel. En cambio, cuando un preso, que tiene sentencia o prisión preventiva, se fuga de un centro carcelario recibiría una condena de uno a tres años de cárcel.
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