Nueve de la trece fiscalías indígenas que tiene el Ecuador ya cuentan con sus titulares.
El pasado 1 de agosto comenzaron sus funciones, luego de un concurso de méritos y oposición que duró siete meses.
En la convocatoria, 148 personas se postularon para los cargos de fiscal indígena, secretarios y asistentes. Cuatro fiscalías indígenas (Guayas, Morona, Zamora y Napo) aún permanecen con funcionarios encargados, porque los postulantes no pasaron las pruebas.
En esta convocatoria, los aspirantes a fiscales indígenas debieron certificar que pertenecen a una comunidad de la provincia en la había la vacante. Además de las pruebas teóricas y sicológicas, rindieron un examen oral de idioma.
La función de un fiscal indígena es mediar en los conflictos de las comunidades para evitar excesos en la justicia indígena que vulneren los derechos humanos. Estas fiscalías están ubicadas principalmente en la Sierra y Amazonía.
Lea mañana un informe sobre este tema en la sección Seguridad y Justicia de EL COMERCIO.