¿Tiene miedo a la oscuridad? ¿Se impacienta con facilidad? ¿Admira a algún personaje de la historia? ¿Discute con las personas hasta perder control? ¿Da la razón a las personas con facilidad? Esa fue la tónica de la evaluación psicológica aplicada a los 397 postulantes a magistrados de la Corte Nacional de Justicia.
Esta evaluación psicológica (entrevista individual y cuestionario escrito de 567 preguntas) forma parte del proceso de selección de los 21 nuevos jueces nacionales. Y es una fase que ha recibido observaciones entre los candidatos.
¿Los jueces deben ser sometidos a análisis psicológicos? El Consejo de la Judicatura de Transición (CJT), en su cronograma, tiene previsto hoy notificar los resultados de las evaluaciones. Según el instructivo del CJT, estas se realizaron con base en el artículo 64 del Código Orgánico de la Función Judicial.
Este dice que “se procurará establecer si el aspirante presenta o no cuadros psicopatológicos, fobias, traumas, complejos o cualquier alteración psicológica que le impediría cumplir a cabalidad con las funciones inherentes al cargo a que aspira (magistrado)”.
Según el CJT, se busca determinar el temperamento del postulante, si tiene prejuicios, pensamientos discriminatorios, etc.
Santiago Guarderas, decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), teme que en esta fase primen las subjetividades al momento de evaluar a quienes pretenden ser jueces.
Jorge Andrade, director del Instituto de Posgrados de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central, dice que se debe partir del principio de que las pruebas serán científicas. “Si se realiza en términos profesionales no tendrá nada que ver con la posición ideológica o política del candidato. Pero si hay distorsión, todo estará perdido. Evitar que eso ocurra está en manos de los veedores, en especial los internacionales”.
Marcia Flores, candidata y actual juez alternante, asume la prueba como una valoración sobre diferentes aspectos de su vida. “Por ejemplo, cuando me preguntaron a quién más admiro respondí que a mi madre por su abnegación y a Eloy Alfaro”.
Guarderas y Lara concuerdan en que las pruebas psicológicas debieron ser puntuadas. Pero el instructivo del CJT no prevé en esta fase la calificación por puntos.
Andrade sentencia que “esa es una falla que confiere poder a la subjetividad del que va a nombrar a los futuros jueces”.
Juan Terán Puente, uno de los participantes en el concurso, dice que es conveniente esta evaluación psicológica para determinar que “la persona que administrará justicia está revestida de una personalidad serena y estable en el momento de tomar decisiones sobre cualquier caso”.
En la entrevista, que -según los postulantes- constituyó más un diálogo entre el psicólogo y el evaluado, duró un promedio de 40 minutos. Se trató de entrevistas individuales a cargo de 15 psicólogos seleccionados por el CJT. Estas evaluación se realizaron hasta la tarde del jueves y para eso se utilizaron habitaciones del segundo piso del Hotel Holiday Inn, en el norte de Quito.
Los 397 candidatos fueron citados en grupos y a determinadas horas. Hasta allí llegaron por ejemplo, Luis Fernández y María Flores, quien en la actualidad es juez alternante. Se los vio un tanto inquietos mientras aguardaban la hora de la cita en los salones Caoba y Nogal, en la planta baja del hotel capitalino.
En tanto que las pruebas psicológicas escritas se receptaron el 22 de septiembre en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, en la capital. Para esta evaluación, según el CJT, se utilizó un inventario multifacético de personalidad, elaborado con base en estándares internacionales.
En este organismo se indicó que el contenido del cuestionario se mantendrá en reserva, ya que se lo utilizará en los demás procesos para la selección de jueces provinciales, personal administrativo, y más, de la Función Judicial.
Flores y Terán dijeron que hasta ahora no han notado alguna irregularidad en lo que va del concurso de méritos y oposición para designar 21 jueces nacionales e igual número de conjueces. Los expertos, insisten en que los veedores deben estar atentos.