Durante una marcha por el Día Mundial de la Prevención del Abuso Infantil, activistas difundieron cinco estrategias para inculcar a los menores sobre la violencia sexual. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
Unas doscientas personas marcharon la mañana del sábado 19 de noviembre en Guayaquil, en rechazo al abuso sexual a menores de edad y en conmemoración del Día Mundial de la Prevención del Abuso Infantil.
Coreando la canción ‘Que canten los niños’, de José Luis Perales, y gritando consignas como Ecuador Dice No Más –el lema de la campaña- decenas de niños marcharon junto a sus padres, en una caminata que comenzó en el puente Zig-Zag, en el ingreso de Urdesa, centro-norte de la ciudad.
La marcha recorrió el Parque Lineal hasta Plaza de la Salud en el Malecón del Salado, donde estaban previstas actividades lúdicas. El programa incluyó dibujos y caritas pintadas, un show infantil para explicar las cinco reglas de prevención contra el abuso sexual infantil y la entrega de folletos a niños que completarán el circuito de aprendizaje.
En promedio, el Consejo de Europa estima que 1 de cada 5 niños es víctima de violencia sexual, incluido el abuso sexual, una cifra similar a la de países como Estados Unidos. En la organización Ecuador Dice No Más, que planificó la jornada de prevención, temen que a nivel nacional –no existen datos actualizados- las cifras sean mucho mayores.
“Esta conversación es urgente, porque aunque no vemos las cicatrices, las cargamos encima. Hay que romper ese código de silencio”, indicó Paola Andrade, directora de Ecuador Dice No Más.
Ella y su esposo son sobrevivientes de abuso sexual infantil y trabajan desde hace tres años como activistas en la prevención del problema.
Cinco estrategias de prevención
Entre las herramientas para proteger a los menores de edad, la organización recomendó a los padres iniciar cuanto antes una conversación con sus hijos sobre el tema. La primera norma es: “Tu cuerpo es tuyo y nadie lo puede tocar”.
La segunda estrategia consiste en animar a que los niños construyan una red de apoyo: que mencionen una persona por cada dedo de su mano en la que puedan confiar (padres, profesoras, tías) y a las que les puedan contar cosas que le desagraden.
La tercera norma busca que los niños diferencien entre caricias buenas y malas. Las caricias malas incomodan, hacen temblar las piernas, se revuelve el estómago, sudan las palmas de la mano, ponen débiles las rodillas, describieron.
“La edad promedio del niño abusado es cinco años siete meses, no tiene palabras para explicarte lo que les está pasando”, mencionó Andrade.
En el mismo sentido, también se busca que los niños diferencien entre secretos positivos y negativos. Y por último, enseñarles como regla que en la zona donde va el terno de baño (o la ropa interior) nadie puede tocarlos, ni a la inversa, nadie puede exigirles que le toquen esa zona a un adulto.
El actor Héctor Garzón, una de las personas que participó en la marcha, rescató la iniciativa como un espacio de participación y empoderamiento de la ciudadana, desde el que se pueden generar soluciones. “Es una forma también de pedir leyes y políticas de Estado de prevención, porque hay una grave desestructuración de la familia”, dijo.