Un retrato de medio cuerpo muestra a Fausto Marín Rodríguez sonriente. De su cuello cuelga una medalla. La foto, rodeada de claveles blancos, está junto al ataúd que guarda sus restos.
La escena correspondía a la tarde de ayer, en una de las salas de velaciones del Parque de la Paz, en la vía a Samborondón.
Más de un centenar de personas, entre amigos empresarios, académicos y familiares, se reunió para despedirse de Marín, asesinado la noche del martes pasado. Cerca de las 23:30 permanecía dentro de una camioneta, cuando desde una motocicleta le dispararon por varias ocasiones.
Según testigos, allí iban dos hombres de los cuales uno disparó. Luego huyeron del lugar.
Fausto Marín tenía 41 años, estaba dedicado a la actividad empresarial agropecuaria y era un acérrimo defensor del régimen correísta. A través de su cuenta de Twitter @faustomarinr increpaba a los opositores del Gobierno.
Tenía un vínculo familiar con Camilo Samán, presidente de la Corporación Financiera Nacional (CFN), del círculo cercano al Presidente de la República. Eran cuñados. Samán, quien además fue gobernador del Guayas, estaba en primera fila junto a su esposa, notablemente perturbado.
La noche anterior al velorio, miembros de Criminalística recogieron ocho casquillos de bala que quedaron en la calle, cerca del cuerpo de Marín, en una de las ciudadelas del norte de Guayaquil. Pero el informe forense detectó 10 heridas por penetración de proyectiles: dos en el rostro, siete en el tórax y una en el dedo medio de la mano izquierda.
En el 2010, familiares de otros dos funcionarios oficialistas también fueron asesinados en similares circunstancias.
El 4 de junio, Elías Antón Behar, de 38 años y primo-hermano de Ricardo Antón, entonces director de la Comisión Nacional de Tránsito, fue asesinado tras recibir cuatro disparos, en el sur de Guayaquil. La Policía Nacional dispuso que una comisión especializada investigara ese caso.
Un mes después, Jéssica Nuques, esposa del asambleísta oficialista Carlos Zambrano, fue acribillada en Machala (El Oro) por desconocidos. Nuques se encontraba con unas amigas en un local, cuando tres sujetos ingresaron y, tras preguntarle si era esposa del legislador, le dispararon.
Este año, en febrero, el vicealcalde del cantón Mocache (Los Ríos), Félix Cansing Guerrero, fue asesinado por presuntos sicarios, disparándole cinco tiros a quemarropa. Cansing era militante del Movimiento País y fue acribillado mientras estaba recostado junto a una carnicería, en los exteriores de la casa de su padre.
También hay casos de políticos independientes asesinados. Uno de ellos, el alcalde de Palestina (Guayas), Carlos Olvera, en julio del 2010. Un año después, se detuvo al presunto culpable.
Como en los casos anteriores, la Policía Nacional ofreció investigar el caso de Fausto Marín. Una presunta planificación de su asesinato se investiga: su teléfono celular tenía varias llamadas, realizadas minutos antes del crimen.
Mientras tanto, amigos y conocidos se resignan recordándolo .
“Era un buen deportista, ganaba medallas en maratones y fue seleccionado de baloncesto en el colegio. Bondadoso, bromista y juguetón”, recuerda su ex compañero de aulas, Kevin González.
La última vez que se encontró con él fue durante las Olimpiadas del Colegio Xavier, a inicios de este mes. Ahí recordaron las ‘travesuras’ de colegiales.
“Una vez, en la final de indorfútbol entre profesores y sexto curso, Fausto entró a la cancha para celebrar el gol de nuestros compañeros. Todos lo seguimos y así quemamos tiempo para evitar el empate”, dice González entre cortadas sonrisas. El sepelio de Marín está previsto que se realice hoy.
De enero a noviembre del 2010, el Sigob registró 545 homicidios en Guayaquil. En el mismo periodo de este año suman 466.
El asalto a asambleísta
El vicepresidente de la Asamblea (País), Juan Carlos Cassinelli, fue asaltado el 18 de noviembre pasado, mientras conducía e iba acompañado de su hija en Guayaquil.
A inicios de este mes, uno de los policías asignados a la escolta de Norma Delgado, madre del presidente Rafael Correa, fue herido de bala tras un frustrado asalto. Fue en la ciudadela 9 de Octubre, sur de Guayaquil.