El 75% de divorcios es por abandono de hogar

Juzgado Civil

Juzgado Civil

El viernes, a las 10:00, en los juzgados de lo Civil (norte de Quito). Allí se tramitan los juicios de divorcios y otras causas. Foto: Julio Estrella/El Comercio

Vivió en España 13 años y no le notificaron que en ese tiempo su esposo le planteó el divorcio por abandono de hogar. Esto ocurrió pese a que Marcela se comunicaba con su familia todas las semanas y enviaba remesas de dinero para los estudios universitarios de su hijo.

Regresó en el 2011 al país para quedarse definitivamente y se enteró de lo que había ocurrido. Pensaba que la relación con su marido era estable, pero encontró por casualidad los documentos del divorcio en su escritorio mientras lo limpiaba. “No me imaginé que se iba a valer de mi permanencia en otro país para separarse. Se enamoró de otra mujer…”.

El abandono es una de las 11 causales más recurrentes de divorcios en el país que se registra con el anterior Código Civil, según los estudios del Colegio de Abogados de Pichincha.
Un 75% se da por ese motivo y otro 20% cuando hay injurias o insultos. El resto de hechos ocurre por tentativa de asesinato, si uno de los esposos tiene una sentencia ejecutoriada en su contra, por consumo de alcohol u otras drogas, adulterio...

Los datos fueron levantados con base en los casos que reportó el Consejo de la Judicatura. En el 2013, 2014 y hasta mayo de este año hubo 99 279 divorcios en el país.

Estas cifras se conocen luego de que la Asamblea culminara, la semana pasada, el trámite de las reformas al Código Civil. En las próximas horas estas se publicarán en el Registro Oficial y entrarán en vigencia. Ahora hay nueve motivos para poner fin a un matrimonio. En la anterior normativa había 11.

Se eliminaron como motivo de divorcio que uno de los cónyuges padezca “enfermedad grave, considerada por tres médicos como incurable y contagiosa a los hijos”; y que la mujer “dé a luz, durante el matrimonio, un niño concebido antes, siempre que el marido hubiere reclamado la paternidad y obtenido una sentencia que declare que no es suyo”.

Emperatriz es de Portoviejo. Se separó de Steven tras 17 años de matrimonio. En el juicio, la mujer indicó que era víctima de insultos y él se burlaba de su apariencia. Lo más preocupante para ella fue cuando él la agredió en el momento que regresaba con su madre de hacer compras en el mercado.

“De manera abrupta me sacó la ropa, me golpeó y me insultó. Subió el volumen al equipo de sonido para que nadie escuchara mis gritos. Incluso tomó un cuchillo, quién sabe con qué finalidad...”, relata a este Diario.

El hombre apeló la sentencia emitida en primera instancia. No obstante, esta le fue negada por la Tercera Sala de lo Civil de la Corte Suprema y se ratificó la disolución del matrimonio.

También hay casos de separaciones en las que los hombres afirman ser víctimas de calumnias e insultos. Un oficial de la Policía se separó tras 22 años de matrimonio. El uniformado denunció que su mujer le hizo un escándalo en su trabajo, en Ibarra (Imbabura), y argumentó que hubo “injurias graves o actitud hostil” (tercera causal del anterior Código Civil).

También aseguró que los insultos eran frecuentes. “Ya no te quiero, vete de la casa, sigue con tus amigas, ya no quiero estar contigo…”, eran las frases que utilizaba su esposa.
Él solicitó medidas de amparo en la Comisaría de la Mujer y el divorcio se ejecutó luego de la que la jueza comprobara que había “falta de armonía”.

Luis Arévalo es juez tercero de la Familia, Niñez y Adolescencia de Pichincha. Cada mes, él despacha un promedio de 100 causas de parejas que deciden terminar la relación legalmente. Recibe a este Diario en su oficina y reitera que una de las causas más frecuentes es el abandono, así como el mutuo consentimiento de la pareja.

También recuerda que en las reformas al Código Civil hay nuevas reglas en el tiempo de abandono injustificado del hogar de cualquiera de los cónyuges. Ahora es por más de seis meses ininterrumpidos.

Con el anterior Código se establecía un año como plazo tras el abandono. Pero, “si el abandono hubiere durado más de tres años, la separación podrá ser demandada por cualquiera de los esposos”. Tras la aprobación de la reforma, en los juzgados de lo civil se espera que se la publique en el Registro Oficial para comenzar a utilizarla .

Parejas con hijos o bienes

Datos levantados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) refieren que de los casos de divorcios registrados en el país, el 49% de mujeres separadas tiene hijos, mientras que en los hombres es el 7%. En estos casos, la causa debe tramitarse en un juicio verbal sumario ante un juez y se aplican las causales establecidas en el Código Civil.

Si no existe un acuerdo en el régimen de alimentos, tenencia y visitas a los niños, el juez sentenciará de conformidad con las reglas del Código Orgánico de la Niñez y Adolescencia en un plazo de seis días.

Si los esposos adquirieron bienes, ellos tienen que presentar una lista detallada de estos ante el juez. Por ejemplo, Marcela y su exmarido presentaron un inventario en el que detallaron las propiedades que tenían: un terreno en la Loma de Puengasí y una casa en Monjas que fueron cedidos a sus dos hijos.
Los jóvenes se lo dividieron como herencia.

En el caso del oficial de la Policía, él presentó una lista de bienes en el que constaban dos casas y una de estas es rentera. “Con mi esposa traspasamos (las viviendas) a favor de nuestras hijas (mayores de edad)”.

En el Código Civil también se señala que no podrá anularse ni disolverse un matrimonio contraído en el Ecuador, sino hay una sentencia pronunciada por jueces ecuatorianos.
Esto ocurrirá “cuando uno de los cónyuges fuere ecuatoriano y existieren menores bajo su dependencia en el país”.

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