Una organización dedicada a la venta de drogas en sectores del norte de Guayaquil estaría relacionada con los asesinatos de dos personas en este sector de la urbe. Los cuerpos de ambas víctimas aparecieron descuartizados, en varios sacos de yute, entre el 19 de diciembre del 2011 y el 1 de enero pasado.
Es la principal hipótesis que maneja la Policía Judicial sobre ambos crímenes, los que generaron temor entre los habitantes de los sectores donde fueron hallados los cuerpos mutilados.
El primer cuerpo fue hallado en un barrio del sector Nueva Prosperina, el 19 de diciembre. El cadáver fue encontrado en un botadero de basura, dentro de un saco de yute, segmentado en nueve partes. Se trataba de Josué S., de 17 años, quien fue reconocido por un familiar cercano.
El segundo cuerpo fue descubierto en dos sacos de yute, entre el 30 de diciembre y el 1 de enero. Sus victimarios habían seccionado el cuerpo en 14 partes, y las arrojaron en dos barrios cercanos de Guerreros del Fortín, un populoso sector urbano marginal del noroeste de Guayaquil.
Esta última víctima hasta ayer no era reconocida, debido a que fue descubierta sin la cabeza.
El pasado sábado, la Policía detuvo a cinco personas relacionadas con ambos crímenes. Los agentes habrían dado con los sospechosos tras denuncias de moradores de los sectores donde fueron encontrados los cuerpos.
Con orden judicial, se allanaron dos viviendas, una en la Nueva Prosperina y la segunda en Guerreros del Fortín. Como parte de las investigaciones, poco después fue detenido otro sospechoso de integrar la organización delictiva. Esta, según la Policía, habría cometido los crímenes como parte de un ritual de iniciación de nuevos miembros o como forma de demostrar respeto a los líderes.
“Las primeras investigaciones dan cuenta de que el motivo de las muertes se debería a problemas de control de territorio, por ejercer, si así se lo puede llamar, autoridad o poder de ciertos jóvenes que se dedican al expendio de droga en estos sectores, e infundir temor, para captar su respeto”, refirió ayer, en rueda de prensa, el jefe del Distrito de la Policía de Guayaquil, Patricio Pazmiño.
Ayer por la tarde también fueron presentados los siete detenidos como parte de la investigación. A ellos se suma un menor de edad, aislado para investigaciones. Según Pazmiño, la organización la lideraría Xavier S., de 31 años. El segundo líder de la banda sería Fidel P., también de 31 años. Ninguno registra antecedentes penales. “El primero ejercía la autoridad sobre toda la banda como líder, y el segundo habría sido quien se encargaba de materializar los asesinatos, que a decir (de sus propias versiones) se los realizaba a manera de un ritual”, explicó el jefe policial.
Entre la Policía, la versión rendida por los detenidos, de que los descuartizamientos formaban parte de un elaborado ritual de iniciación, perdió peso.
Los detenidos contaron en la audiencia de formulación de cargos, el sábado pasado, que las muertes eran parte de un ritual para infundir respeto hacia los nuevos integrantes. “Uno de ellos había pedido que se lo incluyera en el programa de Protección de Testigos de la Fiscalía, pero con lo que contó se descubrió que él era uno de los coautores de los crímenes. Se determinó que él era el causante del segundo asesinato”, manifestó ayer el juez Ángel Rubio, quien procedió a disponer la prisión preventiva para los detenidos.
“Los siete ciudadanos detenidos aceptaron su culpabilidad en la audiencia de formulación de cargos”, recordó el juez.
Los otros detenidos son Eduardo R., de 20 años, quien según la Policía sería quien prestaba el domicilio donde se habrían producido los crímenes; Félix R. N., de 24 años, Ronny A., de 20 años; José V., de 39 años; y Carlos C., de 44 años.
La Policía mostró ayer, junto con los detenidos, las evidencias presuntamente halladas en la primera vivienda allanada, un inmueble de la Nueva Prosperina. Entre las evidencias están tres sierras metálicas, dos martillos, un pico, dos cuchillos, dos sacos de yute, cinco chalecos antibalas y un revólver. Según la Policía, en la vivienda también se hallaron máculas de sangre y cantidades no precisadas de droga.
Pazmiño manifestó que las investigaciones proseguirán para determinar si la organización delictiva está relacionada con otras muertes en Guayaquil.
Ayer debía realizarse el dragado del patio de una vivienda allanada dentro de las investigaciones. El inmueble está ubicado en Guerreros del Fortín y la Fiscalía presume que allí también se reunían los sospechosos de integrar la banda delictiva.
La fiscal Gladys Murillo, quien abrió una investigación por el delito de asesinato, señaló que en los próximos días, como parte de las diligencias, se recabarán versiones de testigos, entre ellos moradores de los sectores donde fueron hallados los cuerpos, para identificar la responsabilidad de la organización dedicada a la venta de droga en las muertes.
Otros indicios
Según la autopsia de Medicina Legal de la Policía, los marcas se ejecutaron con un arma que produjo cortes limpios.
Esos cortes, según el reporte forense, se habrían hecho con una sierra eléctrica. Pero en los allanamientos no se halló tal herramienta.
En las casas allanadas tampoco se encontraron evidencias sobre algún tipo de ritual, como lo contaron los detenidos.
Los cuerpos descuartizados presentaban tatuajes y signos diferentes.