Una alternativa para combatir a la inseguridad en las ciudades del país sería convertir a los espacios públicos, considerados peligrosos, en lugares donde se puedan expresar las manifestaciones culturales. Estas son el teatro, el cine, la literatura, la música.
Cuando existen lugares para la cultura no se requiere de retenes policiales; por el contrario, la Policía no debe ser un elemento represivo, sino que tiene que integrar a todas las expresiones de la comunidad .
Esas manifestaciones nos incentivan a ser más tolerantes, más comprensivos y más buenos con la gente. La cultura es el antídoto contra la inseguridad porque elimina el miedo y nos hace felices.
El Ministerio de Cultura junto al Municipio de la ciudad deberían fomentar este tipo de iniciativas. Así lograríamos recuperar, mediante expresiones artísticas propias, la identidad de nuestro país.
La educación es otra buena arma para afrontar la inseguridad. La falta de vuelo de los espíritus nos convierte en neuróticos y la delincuencia es producto de esa realidad, seguramente lo que para nosotros es maldad es una angustia de comunicación.