Las Fuerzas Armadas rinden honores hoy a un piloto de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) como su nuevo mando. Lo hacen en medio del pedido del presidente de la República, Rafael Correa, para que los militares establezcan como su prioridad el combate al crimen organizado.
A las 08:30 de hoy, en el Campo de Marte de la Escuela Militar Eloy Alfaro, en Parcayacu, se posesiona oficialmente el teniente general Leonardo Barreiro, como jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., la jerarquía más alta.
Hoy también asume el brigadier general Enrique Velasco, como jefe de la FAE. Hasta el jueves 12, cuando se conocieron los ascensos, este oficial era comandante de Operaciones Aéreas, antes fue director de RR.HH. de la FAE, agregado en Santiago, etc.
En cambio, Barreiro, un piloto de combate, es el cuarto jefe militar nombrado en cinco años de Gobierno. Desde el 2007 por ese puesto pasaron los generales Héctor Camacho, de la FAE, y Fabián Varela y Ernesto González, del Ejército. Este último, admitió, el 13 de enero del 2011, que el narcotráfico es considerado una amenaza para las FF.AA.
“(Los narcos) tienen capacidades muy grandes, que pueden poner en riesgo la seguridad de un Estado. No podemos descuidarnos. Pero Ecuador está libre de plantas de coca o de marihuana”, señaló en ese entonces.
Este miércoles 4 de abril, González se despidió de las FF.AA. con un informe de 144 páginas. En el documento reza, al hablar de los operativos, que “los hechos ocurridos en los últimos tiempos han permitido relacionarlos con operaciones del narcotráfico y del crimen organizado”.
Luego asegura que el año pasado los soldados realizaron operaciones de control de fronteras, interceptación aérea, interdicción terrestre, marítima y fluvial.
También refiere que destruyeron armamento, cultivos ilícitos, laboratorios (de drogas) e instalaciones con productos ilegales.
A eso se suma la intervención militar en tareas antidelictivas. En el 2011, los soldados realizaron 36 179 patrullajes y montaron 17 908 retenes en el país. Según esa información, para esas operaciones se utilizaron a 1 871 uniformados. Aquello, en el marco del control de armas, otorgado por el Gobierno a las FF.AA. en abril del 2011. Pese a ese despliegue, solo 316 armas fueron requisadas en los 17 908 retenes.
Un alto oficial militar dijo a este Diario que los resultados de la vigilancia no se pueden medir por esas cifras, sino por la cantidad de operaciones. Según las FF.AA., el año pasado realizaron 295 324 registros de vehículos. Se decomisaron 179,5 kilogramos de droga.