Una persona que sufra graves heridas en un accidente de tránsito gasta como mínimo USD 25 000 en su recuperación. Esto incluye el pago de atenciones en el hospital, los medicamentos y las terapias de rehabilitación.
Este es el cálculo que hace Miguel Iturralde, médico traumatólogo de la Novaclínica (norte de Quito), por su experiencia en atender a víctimas de siniestros viales.
Para el especialista, un afectado puede sufrir varias fracturas en su cuerpo (cráneo, costillas o extremidades), así como daños en músculos, abdomen, o pelvis. Estas de hecho requerirán cirugías y una recuperación que puede durar 5 años.
Álex Cacuango, por ejemplo, estuvo dos semanas en coma y no recuerda detalles del accidente. Él ha gastado más de USD 20 000 en su rehabilitación, pero todavía tiene secuelas del choque que sufriera en el 2010: por momentos pierde la lucidez y no coordina el movimiento de sus extremidades o el de sus ojos.
El joven tiene 28 años y solo guarda destellos del siniestro. Regresaba de un bautizo desde Otavalo a Quito y en Guayllabamba la camioneta en la que viajaba chocó contra un bus. “Mi amigo al parecer se quedó dormido y el carro se fue a un lado, una de las llantas entró en la cuneta y se reventó, luego nos impactamos con el bus”.
En el país no hay cifras actuales de cuánto le cuesta al Estado cubrir los gastos médicos ocasionados por accidentes de tránsito. En el 2007, un informe del entonces Consejo de Tránsito y Transporte Terrestre revelaba que el costo anual para el país por siniestros viales era de USD 545 millones.
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Sobre el escritorio de su consultorio, Iturralde dibuja cuales son los costos que debe afrontar un paciente que sufre un accidente de tránsito y recibe tratamiento en un centro privado. Cada día -señala- trata un promedio de cuatro personas con lesiones.
Los rubros incluyen la compra de placas, tornillos y clavos que sirven para pegar los huesos rotos. Por ejemplo, según Iturralde, una lámina de aluminio para unir huesos cuesta USD 600. Si la fractura es más grave, el paciente gastará USD 2 500 en un fijador externo y dos clavos de 300 cuando hay rotura del fémur (hueso grande de la pierna).
En la Sala de Emergencia del Hospital Eugenio Espejo trabaja el médico Carlos Pozo. En esa unidad cada día se atiende un promedio de dos a tres pacientes diarios por accidentes.
Según el especialista, solo en la consulta un herido puede pagar mínimo USD 30 por la atención sin incluir los gastos en rehabilitación e insumos.
Datos de la Agencia Nacional de Tránsito refieren que entre enero y noviembre del año pasado hubo 19 856 heridos en siniestros viales en el país, lo que equivale más de USD 600 000 solo en consultas.
Pero las rehabilitaciones constituyen otro gasto importante para las víctimas. María del Pilar D’ Jerónimo, administradora del Centro Corposano, señala que los pacientes que sufren lesiones en el sistema óseo son sometidos primero a una terapia postural y cada sesión vale USD 20. En esta, la persona es evaluada y con los resultados se analiza si requiere ejercicios para corregir la parte lesionada.
En su consultorio, Carlos Pozo advierte, en cambio, que cuando un paciente tiene problemas a nivel neurológico la situación cambia radicalmente. “Más que rehabilitación, lo que se intenta es salvarle la vida. En muchos casos su recuperación cerebral no se da”.
Tras el accidente, Álex tuvo complicaciones neurológicas. No podía mover el lado derecho del cuerpo y aprendió a utilizar la mano izquierda.
A su amigo, en cambio, le reconstruyeron la mandíbula y perdió un ojo.
Datos proporcionados ayer por la Secretaría Técnica de Discapacidades (Setedis) refieren que en el país 12 116 personas tienen alguna discapacidad por accidentes de tránsito.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en un informe publicado en el 2013 sobre la situación de la seguridad vial, advierte que las lesiones en accidentes son la octava causa mundial de muerte, y la primera entre jóvenes de 15 a 29 años.
En Quito, por ejemplo, el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana señala que las edades de las víctimas de accidentes oscilan, sobre todo, entre 16 y 40 años.
El informe del OMS advierte que en el continente americano el 27% de fallecidos en siniestros viales es peatón.
Carlos Poveda fue una de esas víctimas. Él murió atropellado en abril pasado mientras cruzaba la calle. Su madre, Carmen Jaramillo, considera que han gastado alrededor de USD 1 000 en pagos de abogados y movilizaciones, para conseguir los beneficios morturios.
Cacuango compra ocasionalmente pastillas para mejorar su sistema neurológico. Aunque los galenos le han dicho que debe medicarse permanentemente, él prefiere hacer deporte y recuperarse con la ayuda de su familia…
En contexto
Un informe publicado en el 2013 por la Organización Mundial de la Salud advierte que las tendencias actuales indican que, si no se toman medidas urgentes, los accidentes de tránsito se convertirán en 2030 en la quinta causa de muerte a escala mundial.