Los dos extranjeros asesinados la madrugada del miércoles en su local de ropa y artículos del hogar en Carcelén, habían planeado radicarse en el país y ampliar su negocio. Según los vecinos del establecimiento, la joven pareja hablaba con frecuencia de sus expectativas en Ecuador. Marcela N. (nombre protegido), moradora del sector, habló hace dos días con ellos en el local. Relata que la pareja tenía una hija en su natal China, y que su aspiración era traerla. Wei Hong Liang, de 32 años, y Hao Dan, de 35, abrieron el negocio hace dos años y quienes vieron sus inicios contaron que cambiaron la fachada de la casa, las puertas y ventanas. “Antes era una casita vieja y luego apareció un local bonito”, dijo una vecina. Hasta ayer, la Policía buscaba evidencias para determinar las causas del crimen. Cristian Sarmiento, jefe de Control de la Policía en Carcelén, señaló que los agentes barajan dos hipótesis: un intento de robo o una venganza. Sin embargo, aún no hay pistas de los posibles autores del crimen. En la tarde, el subjefe de la Policía Judicial de Pichincha, Víctor Hugo Cartagena, señaló que por ahora se analizan los informes de las huellas recogidas en el local. Además, se buscan rastros en las bufandas que los desconocidos usaron para escapar del sitio del crimen, desde el segundo piso del inmueble.El caso llegó a la Unidad de Delitos contra la Vida de la Fiscalía, que programa un cronograma para recibir las versiones de empleados, ex empleados, clientes y vecinos. Anteanoche, tres empleadas ya rindieron sus testimonios sin juramento. Hasta las 17:00 de ayer no había arrestos. El almacén ‘Hong Kong’ permanecía cerrado. En la tarde se conoció que permanecerá así hasta que los agentes de Criminalística levanten la información que tenga relación directa o indirecta con el doble crimen. Tras el hecho, los vecinos de Carcelén pidieron seguridad. Allí opera una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) con tres agentes de turno, pero los moradores dicen que ese resguardo es insuficiente, porque en el sector hay delincuencia común. “La semana pasada le robaron a mi sobrina aquí mismo”, dijo otra vecina.