Familiares de las 12 víctimas fallecidas en la vía Colta-Guamote los velaron en la comunidad de Totorillas, Guamote. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO
La cama de madera de Segundo Marcatoma y de su esposa, Paola Paca, sirvió de soporte para colocar los féretros de la pareja y de sus tres hijos.
La habitación matrimonial se convirtió ayer, 24 de julio de 2017, en una improvisada sala fúnebre, tras el accidente registrado el domingo en la vía a Colta, un cantón de Chimborazo. Esa tarde fallecieron 12 personas de la misma familia.
John, de 11 años, es el único que sigue con vida. “Perdió a sus padres y hermanos, solo pedimos que nos ayuden para que él pueda continuar con sus estudios”, decía ayer María Ramona Paca, tía del pequeño.
Ella relató que toda la familia salió el domingo 23 de julio por la mañana a una boda en Latacunga (Cotopaxi). Después de los festejos, la música y la comida, la familia retornó a Totorillas, una comunidad ubicada en Guamote, Chimborazo.
Las 12 personas viajaban en una camioneta; cuatro en la cabina del vehículo y las otras ocho en el balde. Antes de llegar a casa, la camioneta se impactó de frente con un camión que cargaba ganado.
La cabina quedó debajo del otro automotor. Los paramédicos rescataron primero los cadáveres de las ocho víctimas que iban en la parte de atrás.
Para sacar los otros cuatro cuerpos, los socorristas utilizaron una grúa. Una docena de uniformados del Cuerpo de Bomberos de Colta y Alausí intervinieron en la emergencia.
El accidente ocurrió a la altura de Secao, justo en el cruce de la línea férrea. Ahí hay un leve desnivel donde ya han ocurrido otros sucesos menores.
Entre enero y junio se han reportado otros 26 accidentes de tránsito en el tramo de la Panamericana Sur, que pertenece a Colta. Cuatro personas han fallecido en esos hechos y otras 16 han resultado heridas.
Las autoridades abrieron una investigación para esclarecer las causas del accidente. Mientras eso avanza, moradores de la zona piden más controles. No entienden cómo la camioneta circuló por tres provincias con exceso de pasajeros (la mayoría en el balde).
Además exigen radares. “Aquí los carros siempre van a exceso de velocidad, porque esta vía no es muy transitada y es bastante plana. En esta zona los accidentes son recurrentes”, denunció Segundo Mejía, de la comunidad San Vicente.
Sobre la falta de radares en la vía, Carlos Jara, director de la ANT-Chimborazo, dijo que los equipos están en mantenimiento y que deben ajustarse, según los cinco parámetros de control que rigen actualmente.
A lo largo de los 90 km de la carretera, que conecta Riobamba con Alausí, no hay ningún equipo que mida la velocidad, constató ayer EL COMERCIO. Otro problema son los profundos cráteres que hay en algunos tramos de la vía.
De hecho, un hueco en el km 35 de la misma carretera, en la parroquia Palmira, en Guamote, aparentemente pudo causar el segundo accidente registrado la tarde del domingo. Allí fallecieron seis integrantes de la familia Arévalo Sánchez.
Según el relato de testigos, uno de los neumáticos del vehículo en el que se movilizaba la familia explotó, luego de que cayera en un bache. El conductor perdió el control del automóvil y este se incrustó debajo de la cabina de un camión que circulaba en el carril contrario.
El accidente ocurrió a las 18:45, solo una hora después de la primera emergencia. Los rescatistas tardaron seis minutos en llegar al sitio, pero el único ocupante que todavía seguía con vida sobre el pavimento murió minutos después.
Ayer, sus familiares reconocieron los cuerpos. Todas las víctimas fueron trasladadas a una sala fúnebre en Riobamba, donde vivían. Los sepelios serán hoy, a partir de las 14:30.
“Lo último que supimos de ellos es que estaban felices. Viajaron a Alausí para visitar a su abuela y cosechar choclos que traían para la familia”, relató José Cartagena, un allegado.
Entre los fallecidos están Darwin Arévalo y su esposa Diana Espinoza. Dos niños pequeños quedan huérfanos.
En el primer accidente, en cambio, cuatro menores, de entre 8 meses y 10 años, fallecieron, junto con su padres y otros allegados. Todos serán sepultados hoy, 25 de julio. Otros siete niños no viajaron a la boda y ahora quedan a cargo de parientes.
Tras estos dos sucesos, Jara, de la ANT, volvió a hablar de “estrategias” para prevenir nuevos siniestros. Y mencionó que dentro del denominado “pacto por la seguridad vial” se incluye la entrega de fotorradares, que actualmente están en calibración.
En contexto
En las últimas dos semanas, tres accidentes graves se han registrado en las carreteras del país. Según cifras de la ANT, entre enero y junio del 2017 se han contabilizado 14 322 percances en las vías. Esos siniestros dejaron 1 011 fallecidos y 10 664 heridos.