Salí de mi casa con USD 200. El dinero que llevaba lo guardé en el bolsillo. Caminé de prisa por la calle Bolívar para coger el bus en el parque Cevallos, en el centro de la ciudad. La idea era dirigirme a la Ciudadela Ingahurco.
[[OBJECT]]En el trayecto veía a todos los lados para evitar que alguien me siguiera. Todo permaneció tranquilo hasta cuando aborde el bus de la Cooperativa Tungurahua. Estaba lleno. Me fui a la parte de atrás para evitar los empujones.
Eran las 10:00 de un miércoles. En ese instante también subió un hombre. Él llevaba en la mano izquierda una maleta y en la otra un abrigo doblado. Era alto, blanco y estaba bien vestido.
En el recorrido me empujaba simulando los frenazos del autobús. Por un instante me enojé y le pedí que se alejara. En ese momento, otros dos sujetos se levantaron para bajarse del bus.
Ellos le pasaron empujando sobre mi persona. Creo que en ese instante, uno de los hombres se aprovechó para sacarme el dinero. El recorrido duró 20 minutos.
Me bajé aprisa en la parada y caminé hacia las oficinas de la Facultad. Cuando metí la mano al bolsillo simplemente me quedé pasmado, pues el dinero no estaba allí; me lo habían sacado.
Regresé a la parada para ver si le encontraba al sujeto, pero se esfumó. No pude tampoco copiar el número del bus en el que me transporté. Fue algo doloroso, porque hice todo el esfuerzo para reunir esa cantidad de dinero. Dejé de comprar algunas cosas para seguir estudiando.
Me sentí impotente al no saber qué hacer. No había policías a quien denunciar el hecho. Luego tuve que pedir prestado a un amigo para poder matricularme.
En los buses siempre roban, especialmente cuando hay aglomeraciones. Los pillos se suben con canastas, maletas o llevan los brazos ocupados con ropa. En ese instante roban, son hábiles para sacar el dinero sin que se sienta.
En esa ocasión fueron tres personas las que actuaron para llevarse los USD 200 que tenía. Me di cuenta que dos ellos empujaban a la víctima y el otro sacaba el dinero que tenía.
Con esa modalidad roban billetera, celulares o libretas de ahorro o lo que llevan en los bolsillos o bolsos. He visto muchos robos de esa manera casi todos los días.
Luego de un mes, le encontré a esa persona en la misma ruta. Me quedó viendo y me amenazó. Por eso decidí no ir a la Policía ni a la Fiscalía para denunciar. Tenía miedo de represalias. Desde entonces ya no viajo en los buses transportando mucho dinero en el bolsillo.