¡Qué semana!”, así empezó Obama su discurso en la tradicional Cena de Corresponsales el 30 de abril. Desde 1920 el espíritu de ese evento es ligero y humorístico. Aunque el discurso del presidente iba en esa línea, es difícil imaginar que el énfasis que puso en esa frase no estaba cargado con el hecho de que pocos momentos antes había ordenado la operación que terminaría con la vida de Bin Laden.
Un día después anunció su muerte, declarando que “Se ha hecho justicia.” Al escuchar la noticia me preguntaba, ¿de que tipo de Justicia habla? Porque Justicia tal como yo la entiendo – Justicia del debido proceso, Justicia de Tribunal de Justicia, de juez imparcial, de sentencia, de derecho a la defensa, etc – no ha existido.
“!Ah! Debe estar hablando de la otra Justicia; como la que se les aplica a los presos de Guantánamo”. No pude impedir pensar en esos supuestos terroristas que están encarcelados sin haber pasado un juicio, sin que se sepa ni quienes son, ni cuando salen, ni en que circunstancias se encuentran. Precisamente en aquella base que Obama prometió tan altisonantemente cerrar mientras se cobijaba del aura humanista en su campaña, y que opera hasta ahora.
“Claro, debe ser una de esas especies de Justicia como la que le clavaron a Sadam Husein.” Un proceso manipulado por poderes fácticos, tremendas denuncias de Amnistía Internacional y de algunos medios de comunicación sobre su iniquidad; el juicio fue una mera coartada para que se consiga la ejecución deseada. ¿Cómo no iban a asegurar los aliados la única excusa que les quedaba para la intervención?
Justicia es uno de esos conceptos que parecen estar en plena evolución. Ahora cuando se trata de terroristas o el mantenimiento de nuestro orden se toleran “matices”.
Propongo un juego mental que les procurará un ligero cortocircuito. Capturen en su mente la imagen de Bin Laden, y guárden-la mientras leen el siguiente texto: “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.” articulo 11 de la Declaración de Derechos Humanos. ¿A que es extraño proyectar los DDHH en este caso?
Al momento de la intervención Bin Laden estaba desarmado, pero se le ejecutó. ¿Y su artículo 11? “Es que es terrorista’!Ah, ok!”. La misma semana la OTAN actuado bajo el mandato de “proteger a la población civil” mató a un hijo de Gadafi apolítico. Justo hace 25 años Reagan bombardeó Libia matando una bebe del mismo dictador.
Fatalidades necesarias para un mundo en paz, daños colaterales, rupturas de un principio que se mantiene desde una perspectiva más amplia; puede ser, pero en esos casos no se trata de justicia.